Javier Ontiveros ofreció un recital mayúsculo sobre el césped de Riazor. Puso el balón en la cabeza de Luis Hernández para el 0-1, marcó un golazo que hubiera firmado Cristiano Ronaldo para el 1-2. Con 2-2, un trallazo en una falta lateral se estrelló en la escuadra. No hubo en el césped mejor jugador pese a los dos goles de Carlos Fernández. El solista estuvo excelso, pero los acompañantes no acompañaron el show.

Un vistazo a los datos del encuentro revela que Ontiveros colocó cuatro centros y tres fueron rematados, que regateó seis veces a los rivales, que dio bien el 72% de sus pases, normalmente con riesgo y siempre con mala leche para crear peligro. Sólo perdió dos balones, sufrió cuatro faltas, algunas de ellas bastante duras. Y una que sufrió de Pedro Sánchez y que debió ser la segunda amarilla del deportivista. Se la fumó el colegiado, que no tuvo ahí firmeza. Un momento delicado que marcó el encuentro. Iba 2-2 el duelo y en esa falta Ontiveros estrelló en la cruceta la falta. En pocos minutos cayeron el 3-2 y el 4-2.

El carro lo lidera en el césped Ontiveros y es el principal motivo de fe para el malaguismo a día de hoy. Los rivales le hacen dos y tres contra uno, es el principal foco de peligro del Málaga y ya no es ninguna sorpresa. Su desborde hacia dentro, diagonales y centros son canela y seguro que está despertando la atención de equipos mayores. Tiene el nivel garantizado para jugar el Europeo sub 21 que comienza en pocos días, pero afortundamente Luis de la Fuente miró hacia otro lado a la hora de confeccionar la lista.

Ya en el tramo final del partido, acusó fatiga y gastó una tarjeta amarilla para frenar una contra peligrosa que montaba el Deportivo. Si Ontiveros ofrece este sábado ese nivel eléctrico en La Rosaleda, habrá mucho terreno ganado para una remontada que sería histórica.