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Málaga CF - Alcoyano: El Málaga ha petado (1-2)

Nelson y Galilea, en el Málaga CF-Alcoyano

Nelson y Galilea, en el Málaga CF-Alcoyano / Carlos Guerrero

El Málaga ha petado. Se pueden explorar las razones y poner tiritas, pero es evidente que el equipo está fundido y que su escasez de recursos le limita. Ha firmado un arranque soberbio sólo ensombrecido por el disparatado ritmo del Castellón y en menor medida el Ibiza, Pero lo del Alcoyano es una cornada seria. El zarandeo fue estruendoso y viene a convertir en tendencia lo que sucedió desde la segunda mitad ante el Melilla pasando por Castilla y Córdoba. La Rosaleda no es temida aunque no falten 20.000 y además parece que hasta los rivales saben el truco.

El panorama es poco halagüeño dada la lista de componentes de la enfermería y lo poco o nada que están dando los menos habituales. El once cada vez tiene más parches y el plan A ya no funciona. Si a eso le sumas que el Málaga lleva tres partidos encajando primero, la tarea es casi imposible. Aunque no haya que perder la cordura, cediendo siete puntos en La Rosaleda el objetivo se antoja utópico. Hay que mirar el mercado y reforzar de manera notable la plantilla, si bien es cierto que esa solución no es para el presente, con un conato de crisis en la chepa.

Más allá de la entrada de Juan Hernández en el once debido a las circunstancias, Pellicer probó nuevamente a meter a Larrubia por dentro y Dioni arrancando desde la derecha, una fórmula que no ha terminado de funcionar. Quizás, mirando a los recursos de banquillo, ahora mismo casi nada carbure. El Málaga está tieso y su plantilla no es tan profunda como se aventuraba por más que las lesiones hayan hecho una evidente mella.

Cuando el partido todavía no era de nadie y cada cual se ajustaba su corbata, el Málaga pudo adelantarse. Unos destellos entre nubarrones. Dioni metió un buen centro a Roberto, que cabeceó a la base del poste. Una segunda en la que Dani Lorenzo recuperó en campo contrario, abrió para Juan Hernández y, tras un intento baldío de Dioni, Jokin mandó por encima del travesaño al tratar de colocarla con el interior. El delantero cordobés sería protagonista nuevamente con un disparo sudado y peleado tras ganar la partida a su par.

Mientras tanto, el Alcoyano iba tejiendo su tela de araña. El cuadro alicantino bloqueó por el centro al Málaga y le castigó en las transiciones, especialmente con la inspiración de Lara, autor del segundo tanto después de bailar a toda la zaga. El primero lo firmó Sergi García, que jugó con sus bazas para ser un incordio constante.

La sensación de zozobra en el Málaga fue desalentadora. Ante el rival con la moral más famosa de la historia, faltó coraje y corazón. El equipo corría sin ton ni son, como si de repente fuesen un montón de desconocidos vestidos igual. Para colmo de males cayó otro elemento más, David Larrubia, que lleva forzando un tiempo y se une al batallón de bajas.

Entró Kevin, recién salido de la enfermería. Trató de revolucionar un poco el patio pero al final se encontró recibiendo una amarilla necesaria para frenar un posible contragolpe. Hasta el 49’ de la primera mitad estuvo el Alcoyano olfateando el área de Alfonso Herrero.

La reacción del técnico de Nules fue retirar a Genaro, que anduvo cerca de ver la segunda amarilla, y Juan Hernández por Manu Molina y Loren Zúñiga. Aunque el tono del partido era parecido, el Málaga logró meterse de nuevo gracias a Kevin. El malagueño se sacó un buen disparo que el árbitro consideró penalti por mano. El propio extremo lo ejecutó con la derecha. El 1-2 despertó a La Rosaleda y a los blanquiazules, que rozaron el 2-2. Un ataque fulgurante que al fin Loren Zúñiga logró meter entre los tres palos. También vio mano en el control.

El Málaga apretó todo lo que pudo y buscó la portería de Jaume continuamente, pero todos los intentos morían de una forma u otra sin llegar a destino. El Alcoyano logró a duras penas bajar un poco el ritmo. Pellicer quito a Galilea por Cordero con más de 15 minutos por delante en un intento desesperado de buscar el empate.

Así fue todo el final, ansioso y precipitado, con los jugadores sintiendo el agobio del reloj. Con Dani Lorenzo dolorido fuera del campo mientras Alfonso Herrero evitaba el 1-3 y los presentes se tenían que comer el oficio del Alcoyano para evitar más sustos como los que le estaba provocando Kevin.

Derrota dolorosa en casa, de las que nadie tiene apuntadas en la libreta y que deja al Málaga cascado y sintiendo cada vez más impotencia en el campo. La imagen de varios jugadores teniendo que jugar con vendajes, otros como Kevin y Manu Molina forzando y, sobre todo, la mencionada del marbellí después de un titánico mes... De aquellos polvos estos lodos. Un mal cálculo de los recursos en varios sentidos. Primero por el club, que no priorizó el fútbol al ejecutar el ERE y dejó mermada la parcela médica. Después por el optimismo en la planificación y el conformismo. Y Pellicer tiene que reinventar este equipo con lo que tenga antes de que se caiga.

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