Hicham Boussefiane (1998) recupera su sonrisa poco a poco en el Atlético Malagueño. El canterano de la Academia rozó ayer su mejor nivel en el triunfo del filial ante el Sevilla Atlético en la Federación. Los de Manolo Sanlúcar vencieron por 3-0 al homólogo nervionense con el marroquí como revulsivo y desatascador, abriendo la lata tras el descanso. De él nacieron las mejores acciones del primer tiempo y su tanto fue un antes y un después en el devenir del encuentro.

Ha sido una temporada especial para Hicham. Juan Ramón Muñiz se fijó en él en la pretemporada y le dio oportunidades con el primer equipo desde agosto. Las aprovechó. El joven de 21 años supo hacerse un hueco en la primera plantilla. Su desborde y su condición de agitador convenció al técnico gijonés para las segundas partes. Acumuló asistencias y sumó un gol con los mayores pero su impacto fue efervescente y a finales de noviembre desapareció de los entrenamientos del primer equipo tras un duelo ante el Extremadura en la que su aportación fue ínfima.

Muñiz decidió relevarle al filial de nuevo en medio de una mala racha deportiva. Siempre ha sido un jugador observado con lupa por parte del club en lo extradeportivo, por sus círculos o alimentación, y en el que frecuentan las lesiones musculares –las mismas que le han tenido medio mes de marzo tocado–. Ante el Sevilla Atlético el marroquí sacó a pasear de nuevo su mejor versión. Desborde, centros y gol, lo hizo todo Hicham que sumó su cuarta diana con el filial, máximo goleador del Malagueño este curso.