Durante semanas, desde el Málaga CF, tanto el cuerpo técnico, dirección deportiva y el vestuario blanquiazul, se habló y se creyó en la posibilidad de que el equipo pudiera acceder a los play off de ascenso tras una recta final de la temporada brillante. Unas veces con la boca pequeña, otras con mayor claridad. Las matemáticas estaban ahí, también el rendimiento del equipo en cada plaza que toreó. Era posible.

Así era al menos hace varias jornadas, cuando el equipo fue capaz de enlazar dos triunfos consecutivos ante Lugo y Albacete, la dinámica era ascendente y restaban ocho jornadas en las que podía pasar de todo. No era un calendario sencillo, pero el equipo hacía pensar que podía sobreponerse a cualquiera de las piedras que se le han ido poniendo por el camino durante este curso, que no han sido pocas.

El empate en Las Palmas y las derrotas consecutivas ante Fuenlabrada y Espanyol han dejado, a falta de 15 puntos por disputar, el play off de ascenso a nueve puntos, un océano infranqueable y prohibitivo. Pero también es una realidad que a este equipo no se le podía exigir ni pedir una hazaña de tal índole tal y como se han ido dando las cosas en los últimos años.

Para el Málaga debía ser un castigo más pronto o más tarde el hecho de contar tan solo con 18 fichas profesionales durante dos temporadas, la anterior y esta. Cuerpo técnico y plantilla han ido esquivando contratiempos entre lesiones y sanciones, siempre con la inestimable ayuda de un selecto grupo de canteranos que han ido haciendo más sencilla cada convocatoria, once y refresco en los compases finales.

Ha sido sobre todo en esta recta final, en el momento más importante donde realmente se jugaban la posibilidad de llegar a las jornadas finales con opciones, cuando más se ha notado el hecho de tener tan solo 18 profesionales en plantilla. Este hecho ha obligado siempre a acumular más minutos entre los mayores debido al máximo de tres canteranos que se permite simultáneamente.

Las lesiones han mermado parte de las opciones del equipo, lesiones importantes no solo por su duración sino también por el objetivo de ellas. Las pérdidas de Iván Calero o Chavarría para el resto de la temporada fueron dolorosas, el primero por su polivalencia y buena nota, el segundo por ser referente ofensivo. Escassi, Ismael Casas y Ramón han sufrido diferentes lesiones que les han ido echando a un lado en momentos importantes.

Además, en esta recta final del torneo el Málaga está llegando con Josua Mejías, Luis Muñoz y Jozabed lesionados, tres jugadores que han ido de menos a más durante la temporada y que cayeron en su mejor momento. La del malagueño, en un estado de forma altísimo, fue la más dolorosa por su aportación goleadora. Sin olvidar al venezolano, que se había adueñado de uno de los puestos de la zaga con su físico.