Tras las primeras ocho jornadas disputados, con su segundo entrenador en pocas semanas, con cinco puntos y en puestos de descenso, el Málaga CF sigue en construcción. Es evidente que la hoja de ruta predefinida a principio de temporada con Pablo Guede y la confección de la plantilla tienen carencias, más elementales y posicionares que de carácter técnico. Ya lo decía Pepe Mel, que tenía entre manos muy buenos jugadores a los que debían transformar en un equipo. La mezcla, por el momento, no funciona, y el entrenador madrileño debe valerse de lo positivo que ha logrado en estos dos primeros partidos para seguir creciendo con paso firme y buena letra pese las urgencias.

La imagen ante el Villarreal B gustó aunque ésta se viera enturbiada por lo que se vivió en Santander. Se vieron las ideas mucho más claras ante el filial amarilla, que mostró escasa oposición ante el juego dominador del Málaga, que ante el Racing, que a poco que apretó y encontró los costados hizo mucho daño al equipo. En cualquier caso, como bien mencionó Mel tras el partido, tras el paso por El Sardinero el equipo enlaza su segundo partido sin perder, algo inédito, y se trae la primera portería a cero de toda la temporada, con Manolo Reina en la diana.

Son dos aspectos muy a valorar, Mel ha traído algo más de poso al equipo con el cambio de sistema. El 4-4-2 y la propuesta en la presión alta dio sus frutos ante el Villarreal B y encontró mayor resistencia ante el Racing, donde la imprecisión en el pase fue un martillo pilón que acabó amedrentando la confianza de la medular. Está todavía el entrenador encontrando la mejor fórmula para los cinco del medio. N'Diaye como sostén en el pivote parece incuestionable. Pese a las dudas que pudo traer su estado físico, en pocas semanas ha demostrado que le sobra fútbol. Se está viendo una peor versión de Aleix Febas como segundo mediocentro y Fran Villalba no termina de despuntar como ese mediapunta diferencial que se fichó –por el que se pagó por su cesión y se posee opción de compra–. Hervías y Gallar en los extremos no cuentan prácticamente con oposición a la titularidad, un hándicap con la planificación, con Haitam por explotar.