Los caminos de Natxo González y Sergio Pellicer se cruzaron antes de tener este punto común que es La Rosaleda. Cuando el nuevo técnico blanquiazul estaba al frente del Deportivo de La Coruña, en la campaña 2018/2019, coincidió con el de Nules, que afrontaba una ilusionante etapa en el filial del conjunto gallego tras salir del Málaga.

Natxo González había recalado en el club de Riazor después de que se pagasen 100.000 euros de la cláusula de rescisión al Real Zaragoza. Para Sergio Pellicer era un reto ilusionante. Venía de conseguir muchos logros en La Academia, cubriendo etapas brillantes. También había formado parte del cuerpo técnico con Gato Romero y Míchel, cerrando su periplo con José González, con quien se consumó el descenso a Segunda.

Fueron tiempos convulsos en Coruña y finalmente ambos salieron de manera prematura de allí. González acabó siendo sustituido por Martí, que eliminó al Málaga en la primera ronda del play off. Sin embargo, tuvieron una relación muy correcta y siempre hubo respeto recíproco. El vasco no condicionaba el trabajo del filial, tirando de los canteranos necesarios.

Pellicer regresó al filial el año siguiente y casi sin darse cuenta inició un ciclo al frente del primer equipo histórico. Natxo comienza a escribir su historia.