La Copa del Rey siempre es un estorbo para los equipos de Segunda División, de manera interna, se entiende. Lo vino a recordar Pepe Mel el viernes, con sus experiencias en el Alavés y el Betis. Lo que sucede es que el Málaga está tan tocado a tantos niveles que no puede dejar escapar la ocasión de recuperar algo de pulso ante el Peña Deportiva de Santa Eulalia (12:00), un conjunto de Segunda RFEF, humilde.

El historial de naufragios coperos del Málaga, como añadido, no es que invite a pensar que vaya a pasar sin dificultad, tendrá que guardar debido respeto a un adversario que ante su gente y en un campo de césped artificial, querrá darle un mordisco a la historia, su historia. Sabiendo que además luego le esperaría un rival de mayor nivel.

Contará con un factor nada común en los tiempos que corren esta eliminatoria. Ningún operador de televisión ofrecerá el encuentro, lo contarán las radios, como antaño, en una mañana de fútbol de las de antes. Quizás que no haya más testigos que los presentes sirva para que los blanquiazules estén menos atenazados y se atrevan a más cosas, que falta les hace.

Este enfrentamiento, retomando el inicio, abraza otra particularidad y es que se juega en fin de semana, lo que permite a Mel poder tirar de los jugadores que estime oportuno sabiendo que hay tiempo hasta el sábado, cuando se las verá ante el nuevo Zaragoza de Escribá.

No estarán seguro los lesionados Escassi, Luis Muñoz, Javi Jiménez (por un proceso viral), Fran Villalba y Álex Gallar, que además está pasando un trago familiar durísimo. Se lleva el madrileño a 22 jugadores, entre ellos los canteranos Dani Lorenzo, Cristian, Loren Zúñiga, Andrés Caro y Haitam, que regresa a la isla donde se presentó en sociedad.

Otro que viaja es Lumor, al que hay ganas de ver en acción para calibrar el sentido de su fichajes, sobre todo si es como lateral o incluso de carrilero, porque está por ver que Mel no opte por un cambio de dibujo.