Málaga C.F.

Pretemporada sin 'stage', un error de cálculo del Málaga

José María Muñoz y Kike Pérez.

José María Muñoz y Kike Pérez. / Javier Albiñana

El Málaga está obligado a buscar el ascenso a Segunda División a toda costa. El descenso, más allá de la mácula deportiva, tiene al club en el alambre. Con otro ERE en marcha y reduciendo muchos gastos, a veces la entidad confunde valor y precio. Hay ciertas cuestiones en las que meter la tijera supone la pérdida de unos intangibles necesarios para ensamblar una plantilla. No realizar concentración de pretemporada cambia todo el plan de cualquier equipo.

Es la base de todos los conjuntos profesionales y hasta muchos que no lo son. En la historia del Málaga hay ejemplos de cómo el stage de pretemporada era el germen fundamental para los éxitos finales. En el Antequera Golf, también en una etapa de austeridad sin parangón y en plena concursal, el Málaga de Fernando Sanz y Muñiz conectó como pocas veces logran conectar tantos jugadores (11 fichajes y algunos canteranos con poca experiencia profesional). Los Jesús Gámez, Javi Calleja, Salva, Arnau y compañía con los Weligton, Eliseu, Baha... Fluyó y no sólo acabó en ascenso sino que dejó nombres para la historia.

De Antequera a Campamor, cuando Pellegrini le dijo lo que había a una plantilla llena de estrellas y donde todo lo que rodeaba al club eran noticias preocupantes y un futuro incierto cuando ya se había visto desfilar a Santi Cazorla, Mathijsen y alguno más. Una concentración en la que todo eran llamas originó el principio del histórico recorrido por la Champions League.

En muchos casos, aquellas pretemporadas, sobre todo en la era final de los Asensio y el trasvase a los Sanz, el Málaga supo anticiparse y lograr interesantes acuerdos para alojamiento, entrenamientos y hasta amistosos (en pretemporada y durante el curso). Que en estos meses nadie se haya anticipado o realizado alguna gestión para lograr que los blanquiazules tengan las mejores condiciones para preparar la campaña 2023/2024, dice muy poco en favor de la dirección del club.

No se puede olvidar que este verano el Málaga es un lienzo casi en blanco. Por el momento continúan Genaro, Juande, Ramón y Cristian, es decir, no hay bloque. A ellos hay que añadirles los seis fichajes hasta la fecha (contando a Sangalli), el regreso de jóvenes a los que hay que testar de cerca y otros meritorios que sueñan con colarse en los planes del técnico. La mayoría no conocen bien lo que es un vestuario profesional y la juventud a veces es arma de doble filo. Un par de semanas monitorizados día y noche y centrados en el fútbol habría sido lo ideal. Lo lógico, en realidad.

Pese a todo, este lunes comienza el trabajo real con la máxima ilusión. La realidad es la que es y no la que convendría, así que toca repartir esfuerzos. Entrenos en Anexo y Federación y seis/siete partidos de preparación para un exigente curso donde todos verán al Málaga como el rival a batir.

Sergio Pellicer, que concedió a este diario su primera entrevista desde que regresó hace unos meses, lamentó no poder contar con ese tiempo de calidad para moldear su plantilla en todos los aspectos:“De momento la pretemporada la vamos a realizar entre el Anexo y la Federación, no habrá stage. Habrá que aprovechar lo máximo, buscar jornadas de convivencia porque va a ser un grupo nuevo y eso hay que tenerlo en cuenta. No es un grupo que venga de una base de ocho jugadores o así. Están los del filial, los cedidos, los que se quedan, los que fichamos… y eso todo hay que meterlo en una coctelera intenta generar un ambiente sano y sentimiento colectivo”.

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