Málaga C.F.

Desatranques Muñoz (2-0)

  • Imperial Luis Muñoz, que firmó un doblete para el triunfo del Málaga ante el Sabadell

  • Joaquín le sirvió una gran asistencia para hacer el 1-0

Los jugadores celebran el 2-0.

Los jugadores celebran el 2-0. / Marilú Báez

A Luis Muñoz le han quitado las cadenas y es absolutamente incontenible. El malagueño cuajó uno de los mejores partidos de su incipiente carrera con un doblete después de un partido imperial. La nueva fórmula le convierte en un elemento difícil de descifrar para los adversarios. Omnipresente, desantrancó al Málaga para lograr un triunfo valiosísimo ante el Sabadell. Dos pases falló en todo el choque.

Encontró en el otro Muñoz, Joaquín, en su mejor socio para cocinar el 1-0. El de Miraflores estaba con la flechita roja activada y se vació en el campo. Luego, Luis Muñoz ha conseguido romper el maleficio de los penaltis. El último lanzador anterior había sido Sadiku...

No se rindió Sergio Pellicer en su idea de ese dinámico 4-1-4-1 que es casi un acordeón en constante metamorfosis atendiendo a necesidades. Encajó bien esa observada pieza que es Caye Quintana, que recordó por momentos al de las primeras jornadas. También regresaron Juan Soriano e Ismael Casas. El lateral mostró pronto sus credenciales evitando una gran ocasión del Sabadell a los dos minutos.

Enfrente había un equipo que se sale de los márgenes clásicos de la actual Segunda División. El Sabadell de Antonio Hidalgo es un conjunto bien afinado y que destaca por sus virtudes tácticas en una selva que le es extraña. Entró al campo enseñando colmillo.

Pero el Málaga está carburando. Lo viene evidenciando en las últimas jornadas. Poco a poco se hizo con el mando del partido. Fue pacientes en algunas acciones y mordaz e imaginativo en otras, como esa en la que Caye centró de manera excelente para Luis Muñoz y el malagueño se sacó una asistencia de tacón de la chistera. Ahí apareció Mackay para evitar el gol de Rahmani.

El portero del Sabadell evitó que el Málaga se fuera ganando al descanso nuevamente mandando a córner un balón cabeceado por Caye Quintana, que recogió el guante y supo suplir al lesionado Chavarría. A la primera mitad blanquiazul se le podían poner pocos peros. Si acaso que en ciertos momentos se precipitó por exceso de ganas y que el Sabadell encontró un par de fugas de la mano de Stoichkov, aquel fichaje frustrado y que se fue del césped al poco de reanudarse el partido.

Los catalanes entraron mejor plantados y eso llevó al Málaga a tener que madurar el partido. Con esa paciencia supo tejer un gol que es mucho más que su bella factura. Es lógico que los flashes apunten a los Muñoz. El escapista Joaquín, que sirvió un centro delicioso después de todo un partido ansioso. El ejecutor Luis, que es un portento y cabeceó con maldad de nueve. Pero es mucho más.

El gol se celebró con rabia y sacando la camiseta del 12, de ese Chavarría que tanto se va a echar de menos. Quedaba, no obstante, lo más complicado, pasar de perseguidor a perseguido. Hidalgo movió piezas y se lanzó a por Soriano. Ahí le faltó algo de temple y fortuna para matar el partido, sobre todo en otra acción de Luis Muñoz, que hizo una maniobra de clase para ver cómo su disparo de zurda se iba por poco.

Pellicer administró bien los cambios para amarrar el resultado, no sin oposición del Sabadell pero con un Juan Soriano muy oportuno. Casi sobre la bocina Luis Muñoz terminó de conseguir la matrícula de honor luchando un balón imposible que acabó en penalti y que él mismo se pidió. Tres puntos de puro oxígeno para el Málaga. Tanto a nivel de clasificación como por su refuerzo de la idea.

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