Resultado y crónica del Málaga CF - Tenerife

¿Quién paga los sueños? (1-1)

  • El Málaga se tiene que conformar con un empate ante el Tenerife por un tanto que no debió subir al marcador

  • Enésima polémica de la temporada con perjuicio para los blanquiazules

Celebración del 1-0 al Tenerife.

Celebración del 1-0 al Tenerife. / Marilú Báez

No hay manera de poder saber cuánto vale lo que no ha sucedido. Duele más cuando no es culpa tuya, cuando te arrebatan la posibilidad de soñar. El Málaga había tomado impulso y quería ver hasta dónde era capaz de llegar. Se había ganado el derecho a dejarse llevar por la imaginación tras llegar a los 40 puntos a base de un fútbol convincente. Este empate ante el Tenerife no se recordará. Será un partido más, de una jornada más, de una segunda liga más. Pero debió ser otra cosa para los blanquiazules, un sello más en su pasaporte arrebatado por la incomprensible decisión del colegiado de conceder un gol que era un juego peligroso claro sobre Juan Soriano. ¿Para qué diantres sirve el VAR si no es para reparar injusticias? ¿Cómo es posible que esta herramienta solo deje cristales rotos? Pero se olvidará. Sin duda.

La única diferencia en el once del Málaga con respecto a la jornada anterior no obedeció a ninguna situación fortuita como en los casos recientes de Chavarría o Ismael Casas. Fue cosa de Pellicer, que decidió que ya es hora de sacar provecho real de la calidad de Jairo Samperio.

El futbolista, que venía de hacer unos buenos minutos en Logroño, recogió el guante a los tres minutos. Tras un gran pase de Alexander, Jairo se metió en el área e inventó sendos recortes a su par y un centro que nadie logró aprovechar. Pero al Tenerife no le impresionó la carta de presentación del Málaga y respondió minutos después con un centro de Nono que Fran Sol remató sin fuerza. Soriano, tras un leve rectificado, se hizo con el balón.

En el césped había más tensión que precisión. Estaba ágil pero sin dueño, interesante pulso de dos púgiles que parecían querer cosas parecidas del otro. Los de Ramis estaban bien, con cierto control y ganas de pinchar hueso. Hasta que apareció Luis Muñoz.

El Málaga elaboró una acción que culminó su nuevo pichichi, que sigue en estado de gracia. Su recta final fue un pase milimétrico de Jozabed a Jairo Samperio, que entró como cuchillo en mantequilla en el área para servir un balón atrás que cazó Luis Muñoz, llegando como un bisonte y con un rival (Nono) que prácticamente le hacía penalti y le ayudaba a culminar al mismo tiempo.

Pudo durar poco la alegría tras un pase maravilloso por encima de la defensa de Kakabadze que Zarfino estrelló contra el larguero. Fueron minutos difíciles, con el Málaga algo impreciso con el balón y apretando los dientes ante las acometidas de su adversario. En el minuto 44 estaba Pellicer en su banquillo, el de Joaquín Peiró, que se lo llevaban los demonios.

Necesitaba la pausa el Málaga, que pese al marcador no estaba cómodo ni tejía bien su juego. Así que optó por darse algo más de paciencia consigo mismo. El Tenerife se lo jugaba todo al error y el intento de robo, muy como le gusta a los de Pellicer, que utilizaron esa vía para comprometer a Dani Hernández en su área.Tembló en silencio La Rosaleda cuando Escassi se lastimó en el 67’. El malagueño trató de continuar en el campo y Pellicer se blindó con Benkhemassa y dio minutos a Joaquín Muñoz, amonestado nada más entrar al campo.

El Tenerife es un equipo que se crece en los finales de partido. Juan Soriano sacó un gol de la escuadra a Fran Sol justo antes de que Ramis hiciese un triple cambio muy ofensivo. El portero sevillano tuvo que frenar también a Shashoua. Y llegó el tanto del cuadro tinerfeño, en el mismo córner, con Soriano reclamando una falta en su área con toda la razón del mundo. Pero el colegiado dio gol por más que existan unas imágenes (¿Para qué está el VAR?) que demuestran su error.

Pellicer tiró del debutante Scepovic por un Caye al que apenas le llegaron balones. Estaba tocado el Málaga, descolocado tras un tanto doloroso. El Tenerife notaba el mismo picorcito que una semana antes contra el Albacete. Los últimos minutos fueron un asedio de los chicharreros, con los blanquiazules desbordados y desconectados.

No jugó bien el Málaga, no. Al menos, no tan bien como acostumbra últimamente. Y eso no significa, no obstante, que no fuera merecedor del tesoro completo, porque trabajó titánicamente para ello. Total, un punto más para la permanencia. Dos puntos menos para un sueño. ¿Esas cuentas dónde se ajustan?

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