Resultado y crónica del Valladolid - Málaga CF

Un baile inacabado (1-1)

  • El Málaga se adelanta en Valladolid pero termina pidiendo la hora

  • Un punto trabajado para un equipo que no acaba de encontrarse como visitante pero muestra cierta mejora

  • Brandon Thomas marcó de penalti el tanto blanquiazul

El Real Valladolid - Málaga CF, en fotos

El Real Valladolid - Málaga CF, en fotos / La Otra Foto

No es poco botín el punto que el Málaga se lleva de Valladolid, pero es como un baile inacabado, a medias. Por muchos motivos. El equipo volvió a competir con uñas y dientes y tuvo mucho mérito aguantar el empate en Pucela. Con su pizca de suerte, claro. No la suficiente como para ganar por fin lejos de La Rosaleda, donde es evidente que no ofrece la misma versión de sí mismo, pero sí al menos para tomarlo como un pequeño paso previo. Tuvo algunos buenos minutos, sobre todo en la primera mitad. No es mal síntoma que por segunda salida seguida se adelante y además detiene un poco la hemorragia cediendo sólo un tanto. No es lo deseable pero es lo que hay. Todos deben mejorar. Técnico y jugadores.

Las bajas y las altas condicionaron la elección inicial de José Alberto. Repuso a Víctor Gómez con Ismael Casas, en el ostracismo después de haber sido titular en las dos primeras jornadas ligueras. El regreso de Escassi también llevó al asturiano a correr piezas. La vuelta del malagueño –lógica de cualquier modo– empujó al banquillo a Ramón pese a su buen desempeño ante el Fuenlabrada. El último toque fue de autor. Renunció a Roberto para acomodar a Paulino en la derecha y dejar como punta al combativo Brandon.

No se sabe bien si el Málaga salió algo despistado o que el ímpetu del Valladolid fue suficiente para arrancar los primeros uys y dar una ligera sensación de superioridad. Los blanquiazules no habían terminado de agarrarse al césped, pero como quien se levanta de la siesta, los minutos de espera desembocaron en un chute de energía.

Se estabilizó el partido, controlado por el Málaga, que agitó el tablero en el 13’ con un balón que filtró Escassi con la zurda para Brandon Thomas, que aprovechó el error de Kiko Olivas sin el colmillo suficiente para anticiparse a Roberto, que ganó el duelo en la salida.

Al Valladolid se le hacía bola el Málaga, que maduraba con paciencia cuando tenía el esférico y se protegía como un púgil nuevo cuando no. Pasada la media hora una recuperación pilló a contrapié a los pucelanos y Paulino aprovechó para colarse en el área. Tiró un caño magistral en línea de fondo a El Yamiq, que derribó de manera aparatosa al extremo cántabro. Brandon, que el lunes confesaba la necesidad de marcar algún gol que reforzara su generoso trabajo, se apoderó del balón y adelantó por primera vez en la temporada a los malacitanos en un desplazamiento. La celebración incluyó baile con Kevin.

Perdió un poco los papeles el conjunto albivioleta, que casi pierde a Roque Mesa y casi se va con otro gol de desventaja en algunas acciones balón parado, con Escassi cerca de todas. Iglesias Villanueva señaló el descanso ante un molesto público pucelano.

El fulgor vallisoletano se multiplicó a la vuelta de los vestuarios subiendo las revoluciones y el ritmo del partido al mismo tiempo que los decibelios del estadio aumentaban. Bendita presión del fútbol. El zarandeo le costó al Málaga el empate. Roque Mesa hizo lo que mejor sabe y Cristo correspondió para que Óscar Plano finalizase el cuadro. Y tuvo otra más que Dani Martín evitó con mucho mérito nuevamente.

Venía de una revancha de Brandon con Roberto calcada la de la primera parte. Ganó por poco Brandon, que el segundo que se tomó para pensar lo aprovechó El Yamiq para evitar el gol. El córner dio origen a la contra.

El partido estaba en una fase de desconcierto en la que podía caer el gol de cualquier lado. José Alberto movió el banquillo y dio más minutos a Roberto, que casi bate a su tocayo con un disparo durísimo tras recuperación en las cercanías del área. El Valladolid respondió con sendas ocasiones seguidas. No había respiro.

Los rifirrafes y las protestas eran parte del juego, que Iglesias Villanueva condujo con una calma pasmosa. El reloj iba acercándose a la meta y Escassi rondó nuevamente el gol en un remate imposible en el área donde se jugó el tipo. A partir de ahí los locales merecieron el segundo. Monólogo casi absoluto del Valladolid, intentándolo de todas las maneras posibles y con Dani Martín sacando la capa. El punto no es lo que se espera ni lo que se desea, pero viendo lo sucedido no es poco botín.

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