Málaga C.F.

UD Ibiza - Málaga CF: Un puñal entre alfileres (1-1)

Haitam celebra el gol.

Haitam celebra el gol. / La Otra Foto

El Málaga está cogido con alfileres ahora mismo, desgastado por sus circunstancias (las previstas y las que no). Y sin embargo nadie le está haciendo hincar la rodilla. Esta vez jugó su única baza cuando el partido en Ibiza estaba más cuesta arriba, como ante el Córdoba. Esquivando la bala del 2-0 y con un nuevo paladín como Haitam Abaida. Un puñal bajo el gabán. 

Son más de tres años profetizando su advenimiento, impedido en gran parte por las lesiones. Ahora en dos partidos, lleva dos tantos que casi son triunfos. El Málaga mantiene su racha, no pierde y evita que ganen dos gallitos del grupo. Y sigue mostrando que sin dejar su puerta a cero la victoria se le aleja. También una fe inquebrantable y un esfuerzo innegociable.

El punto suma y no descose. No obstante, más allá de lo inoportuno de las bajas, cada vez está más claro que faltan recursos ofensivos si de verdad se quiere competir por el ascenso directo. Puede mejorar con todo el mundo sano, tiene algo más de techo de crecimiento y aun así necesita más. Gol para empezar.

Juan Hernández y Murillo, no había más que proponer para remendar una alineación herida por las lesiones y una sanción extremadamente inoportuna. Los demás se mantuvieron con respecto a la jornada anterior, donde ya entró Dani Lorenzo en la medular para acompañar a Genaro.

Se miraron con ojos de Segunda División ambos equipos desde el arranque. Daba la sensación de que tenían miedo al fallo, al castigo, a permitir al rival adelantarse y ya no saber cómo hincarle el diente. Ese sabor a tostón tan familiar pero que es un escalón superior. Provocó que la primera mitad fuese torpe, interrumpida y aburrida para el espectador neutro.

Los amagos fueron eso, amagos. Poco temple, poca finura y poco juego trenzado. No duraba mucho el balón a ninguno de los contendientes. El Málaga se abrazó a un juego más directo desde el minuto inicial y el Ibiza quería pescar una contra como fuera, sin hacer valer la localía.

Se envalentonó tímidamente el Ibiza alrededor del minuto 20, sumando algún córner, un centro con remate en falta de Obolskii sobre Alfonso Herrero y un disparo alto de Álex Gallar. El Málaga intentó subir la persiana con Dani Lorenzo, Larrubia y Dioni, que se pasó casi todo el tiempo volcado a la derecha y bajando a recibir.

El malagueño fue quien más cerca anduvo del gol. Una falta lateral botada al corazón del área se le escurrió de las manos a Sequeira, pero ni Genaro ni Dioni lograron conectar con el cuero, que Escassi envió a córner. Replicó en la recta final de la primera parte el conjunto balear, que también saludaba con la mano blanda.

Entró algo mejor el Ibiza al campo, presionando al Málaga en la salida, amenazando por los costados. Así logró su mejor ocasión hasta el momento, con un disparo mordido de Gallar que Alfonso Herrero paró con una mano salvadora en la que apenas podía ver pero le sobró intuición. Los espacios iban apareciendo y el Málaga logró acercarse un par de veces a la meta de Sequeira, que también fue providencial en un balón suelto en el área que aliñaba Dioni.

El Málaga estuvo crudo en la acción del 1-0. Dejó que el Ibiza dorase la acción, que saliese airoso tocando hasta que Gallar encontró un hueco para favorecer su disparo. Ejecutó con decisión y tino a un sitio donde ni siquiera Herrero podía llegar. Instantáneamente entró Haitam, que ya había formado un lío en Can Misses en Segunda División de la mano de José Alberto.

Después de salvar con algún apuro el 2-0, llegó una contra en la que el extremo inventó uno de los goles de la temporada. Zurdazo implacable desde fuera del área, cuando dos zagueros se le echaban encima, y con el balón besando el travesaño por debajo para rebotar con violencia de la madera al césped y del verde a las redes.

Se dinamitó un poco el partido con el empate. No era más preciso pero sí más ágil y cargado de intenciones. Haitam probó fortuna un par de veces más y se desperdició otra en la que Dioni se pasó en la apertura. El Ibiza no dejó de incordiar pero no quería que se le escapase el punto. Y eso también es un indicador del valor que tenía el encuentro.

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