Albacete-Málaga CF: Es el fútbol, es el Málaga (1-3)

El equipo de Funes voltea el 1-0 adverso con una segunda parte en la que se muestra contundente y firme tras un mal primer tiempo y consigue firmar un ocho de 12 el arranque del técnico de Loja

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El Málaga celebra un gol.
El Málaga celebra un gol. / La Otra Foto

Si después de la primera parte que perpetró el Málaga en el Carlos Belmonte alguien hubiera apostado por el 1-3 que acabó lo menos que se le hubiera reprochado es que venía de una comida prenavideña con larga sobremesa. Pero esto es fútbol, esto es el Málaga, el que pierde dos puntos en el 95, el que gana tres en un campo desagradable en el que desde 2019 no pescaba después de los mejores 45 minutos de la incipiente era Funes, con visos de continuidad después del ocho de 12 firmado en su arranque. Podrá gustar más o menos la propuesta, se verá más o menos realizable en el largo plazo, pero firmar la media inglesa, dos empates y dos victorias, significa que ha habido una reacción, que se han sumado ya más de la mitad de los puntos que desde agosto a mediados de noviembre. Con Dani Lorenzo en la batuta, con mayor seguridad defensiva para conceder menos ocasiones, con un punto más de control del partido en el segundo tiempo tras un primero en el que no se gobernó. Con tres goles, como suele ocurrir, canteranos, obra de Larrubia, tras jugadón de un Joaquín que pareció romperse después, Dani Lorenzo y Chupete. El Málaga acaba la jornada undécimo, en la pantalla superior de la tabla.

No debe cegar el triunfo para obviar lo que ocurrió en los primeros 45 minutos, con el único cambio de Jauregi por Niño, entre algodones, en el once inicial. El equipo no tuvo la actitud adecuada, no salió con los niveles de agresividad que se demandan para competir a domicilio, lejos de La Rosaleda. Hasta el minuto 42 no supo de qué color vestía Mariño. Se entiende que se primera ahora la elaboración, llegar mejor antes que llegar más, pero fue un mal Málaga. Alfonso Herrero realizó un paradón a disparo de Puerta de volea, de su mejor nivel, pero no pudo contener, ya en el tramo final, el desvío hacia su portería de Einar Galilea. Había sido una jugada ensayada de córner, cuando se remata raso, como hizo Riki, significa que la defensa no ha hecho bien su labor. Una jugada en la que Dani Lorenzo, el más continuo, batió líneas y llegó a línea de fondo sin que su pase atrás encontrara rematado, fue la primera muestra real de peligro. Poco después, un remate alto de Jauregi a centro de Víctor, que puede tener defectos pero que las pone bien.

Tampoco fue la mejor salida de vestuarios, cuando el cuerpo pedía cambios pero Funes apostó por la continuidad. Y le dio frutos. Jugadón de Joaquín en diagonal, su disparo lo rechaza la defensa y cae en los pies de Larrubia, que la pone en la escuadra. Le falta, y necesita, facturar el de La Luz para sentirse mejor de lo que ya es. Y goles así ayudan. Cinco minutos después, Dani Lorenzo, libra por libra el mejor jugador ahora mismo del equipo, recibió en dos tercios de campo de Dotor, se marchó de tres rivales en conducción y su disparo raso cruzado batió a Mariño en un golazo de mucho nivel, el que tiene el futbolista marbellí.

Funes, con el 1-2, movió el banquillo. Metió a Chupe, con mejor actitud para la presión, y Aaron. Después quitó a Izan, que no tuvo su mejor día y al que la tarjeta sacó de punto (un mal control suyo dentro del área propició la ocasión rival más clara en la segunda mitad), y Dotor para meter piernas con Dani Sánchez y Rafa Rodríguez. Y en el borde del final, Aaron Ochoa se fabricó un penalti de pillo, metiendo la puntera para que el defensa llegara tarde, y Chupe finiquitó desde los 11 metros. Málaga, fútbol. 45 minutos después, el pacharán y el anís podían correr. El cuñado del 1-3 estaba lúcido.

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