Albert Luque, reuniones en Málaga e Italia para nacionalizar a Dean Huijsen

En su época en la RFEF, el exmalaguista cerró al central y Lamine Yamal entre otros

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Luque
Luque / M. G.

Albert Luque, exjugador del Málaga CF, fue una pieza clave para que la selección española lograse convencer a Dean Huijsen, Lamine Yamal, Le Normand y Laporte de que jugasen para España cuando era el director deportivo de la RFEF. Lo contó en una entrevista reciente para el diario AS.

Costó con Lamine: "Vino el gobierno de Marruecos. Fue una locura. Pero él dijo una frase de que quería ser campeón de la Eurocopa con España. La madre nos hacía preguntas de si veíamos al chico capacitado para que jugara con la Absoluta o queríamos que no fuera con Marruecos. Nosotros ya le veíamos preparado, y las dudas nos la quitó él mismo. Nos dijo que estuviéramos tranquilos, que él quería jugar con España como siempre había hecho en inferiores, y la verdad que fue una gran alegría para toda España".

Tampoco fue fácil el resto: "También se nacionalizó al malagueño Dean Huijsen, que estaba jugando con Países Bajos. Un gran trabajo de todos, con reuniones en Málaga y en Italia; se le convenció cuando estaba jugando con la sub 21 holandesa. Un jugador que va a marcar una época con la Selección española. También se nacionalizó a Laporte. Y a Le Normand, hablando mucho con él porque no era fácil. Justo cuando lo íbamos a convocar le llamó Deschamps, pero cumplió su palabra. A nivel deportivo el trabajo fue muy bueno".

Su pasado blanquiazul

"Recuerdo que jugué en Segunda División y cuando acabó esa temporada (98/99), me dicen de irme cedido al Málaga, una ciudad que no conocía y de la que me enamoré, tanto a nivel club, con mis compañeros de aquella época, con De los Santos, Catanha, Darío Silva, Fernando Sanz, Valcarce… Y a nivel de ciudad ya compré una casa el primer año que estuve aquí para venir todos los veranos, como segunda residencia. Es un sitio al que no voy a dejar de venir nunca porque para mí es el mejor sitio que existe", recordó.

No fue todo lo bien que hubiera deseado: "Porque venía de Segunda haciendo un gran año con el filial del Mallorca. Al principio no jugué, porque había delanteros como Catanha, que metió casi 30 goles; estaba Darío Silva también. Mucha competencia. Pero fue un año de aprendizaje. Ahí me di cuenta de que no todo era de color de rosas y que no iba a jugar todos los domingos metiendo goles, y me sirvió para madurar. Es un año importante en mi carrera".

Luego regresó en una segunda etapa: "Después del Newcastle me voy al Ajax, ahí ya estaba cansado de estar en el extranjero. Se pone en contacto conmigo Sandro a través de Fernando Sanz, por ahí había alguna posibilidad, me dicen que para el Málaga era inviable mi contrato. Pero yo les dije que, si confiaban en mí un mes y pico, yo le iba a decir a Ajax que me iba, que renunciaba a una cantidad de dinero, Sandro me dio su palabra. Pasaron semanas y semanas, le dije al Ajax que me quería ir, y el último día de mercado me dan el OK y me voy para Málaga. Un sueño volver a la ciudad y un club al que tanto amo".

Tapia y Muñiz, dos experiencias diferentes

"Esa primera temporada fue espectacular con Tapia. Me volví a sentir futbolista y la disfruté mucho. Recuerdo que hago una apuesta con Arnau, que desgraciadamente no está con nosotros. Gran portero, gran persona y gran amigo. Recuerdo que quedaban ocho partidos y le dije que entrábamos en Europa y yo marcaba ocho goles. En el último partido llevaba siete, pero no pude marcar el octavo y nos quedamos fuera en Gijón. Recuerdo sentirme de nuevo futbolista y sentir que podía marcar las diferencia. Y luego viene Muñiz. Desde el minuto uno no conectamos. Todos mis respetos hacia él, pero nunca tuvimos feeling. Un entrenador que veía el fútbol de forma muy diferente a mi visión de siempre. Un fútbol ultradefensivo, en su sistema yo no entraba. Fue la persona que hizo que el fútbol ya me aburriera y decido retirarme del fútbol. Nada más".

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