La plantilla del Málaga CF le saca a Pellicer un día libre
El técnico bromeaba tras el partido sobre el descanso extra que concedió tras ganar en Linarejos: "Soy un blando"
Así fue el partido

La formación de un grupo y una piña es algo básico en el funcionamiento de un equipo en el día de hoy. Hay historias, es cierto, de plantillas en las que el buen rollo no era precisamente la nota predominante y conquistaron títulos. No es fácil gestionar egos, pretensiones individuales y el bien colectivo. Pero sí parece más fácil guiar a un grupo cuando hay una cohesión y un orden. Es la imagen que proyecta el Málaga, con perfiles de jugadores diferentes, más jóvenes y más veteranos. Pero que han conectado bien.
En el vestuario de Linares, confesaba Sergio Pellicer, el grupo le había convencido para que este lunes lo diera de descanso después del triunfo en tierras jiennenses para acumular cuatro victorias de una tacada. "Ahora disfrutaremos un poco. Los chicos me han pedido descanso y se lo he dado, soy un blando", bromeaba Pellicer sobre el receso que le daba a sus jugadores tras el trabajo bien hecho: "Se merecen disfrutar porque habrá momentos para todo. La alegría que había en el vestuario era muy grande. La importancia de ganar en este estadio es tremenda".
Es una temporada larga y que será dura y hay que dar también estos pequeños estímulos a los jugadores. Los propios jugadores destacan que el trabajo durante la semana es de muy buena calidad. "Siempre intento dar el mismo mensaje, el mister también. Tranquilidad. Encontramos una versión muy buena. Jugadores que no se conocían se conocen más cada vez, el nivel de entrenamientos es muy alto, se trabaja mucho y bien y eso lo estamos trasladando al césped", decía Alfonso Herrero, uno de los bastiones de este equipo transmitiendo seguridad en la portería. Ya lleva menos goles encajados (cuatro) que partidos jugados (cinco), un buen camino para crecer.
La foto que se hacía el equipo después de la victoria en Linarejos de todo el bloque posando con la afición malaguista de fondo es un buen síntoma del momento de alegría que se vive dentro del vestuario de La Rosaleda después de años tristes. Y se traslada también al malaguismo, que este lunes volvió con otra cara al trabajo. El fútbol cambia el humor. El Málaga descansará, pues, lunes (estaba prevista la clásica sesión de recuperación y descarga) y martes antes de empezar a preparar el miércoles el partido ante el San Fernando.
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