Málaga C.F.

La grada señala a la plantilla

  • La ruptura entre los jugadores y afición es total, una relación prácticamente irreparable; se respiró un ambiente tenso tras el pitido final, con cánticos que ya sonaron en Martiricos recientemente: "¡Jugadores, mercenarios!" o "¡Esa camiseta no la merecéis!"

  • Las imágenes de la indignación de La Rosaleda

La grada estalló tras el final del Málaga-Real Oviedo

La grada estalló tras el final del Málaga-Real Oviedo / Javier Albiñana

Manolo Gaspar era el mayor reclamo de la grada de La Rosaleda, el responsable, según un amplio sector del malaguismo, de la situación dantesca que vive la institución a todos los niveles, en el momento más crítico de su historia. Con el director deportivo ya fuera, entra en escena una plantilla que queda muy señalada tras el batacazo grosero frente al Real Oviedo. El templo de Martiricos aludió por momentos también a José María Muñoz, en la picota después de todo lo que se ha generado, que no es poco en los últimos días. El escrito del Ayuntamiento a la jueza, con el beneplácito de Bluebay y la empresa de Daniel Pastor, es una fuerte medida de presión para el administrador judicial, de ahí que se haya tenido que precipitar el anuncio de Kike Pérez como nuevo director general, presente en la derrota frente a los carbayones. Temas de despachos al margen, queda claro que la relación de los jugadores con la afición queda muy tocada, lo confirma la estampa que se vivió en el estadio cuando De la Fuente Ramos señaló el final del partido. El clic que reclamaba Pellicer lo hizo la Grada de Animación, que pasó de apoyar al equipo a pronunciar un aluvión de cánticos.

"¡Jugadores, mercenarios!" o "¡Esta camiseta no la merecéis!", acompañado por centenares de aficionados que permanecieron en su asiento, con la plantilla en el círculo central aguantando el chaparrón. Una fotografía parecida a lo que se vivió en el Málaga-Burgos de la pasada temporada, de los ambientes más crispantes que se recuerdan en La Rosaleda. En aquella situación aparecía de trasfondo una salvación agónica, casi un año después la película, por desgracia, es bien diferente, y aún en febrero el vínculo con el equipo está roto; plantilla que había pasado de puntillas en cuanto a críticas, pero ya con tres entrenadores, donde en ningún momento de la temporada se ha dado un ápice de cohesión futbolística sobre el verde, por ley natural debe ser señalada. Reconducir la situación dependerá, en gran medida, de cómo responda el Málaga CF en el Carlos Belmonte, antes de reencontrarse con su gente ante el Real Zaragoza, a saber en qué estado, nada halagüeño sobre el papel.

Es otro signo que lleva a pensar en la caída libre, al clavo ardiendo al que se puede agarrar uno son los tiempos, aún con 48 puntos por disputar, situaciones más milagrosas se han sacado adelante en Segunda División, pero las impresiones que despierta el equipo invitan al pesimismo. Además, gran parte del malaguismo se ha arrastrado por la desgana, por discursos, tanto del club como jugadores, ya caducos. No hay una sola muestra de mejoría con el Málaga que se vio a principio de temporada, salvo detalles, chispazos, casi accidentales. Siguen sucediéndose los errores, las carencias futbolísticas, da igual quién esté sentado en el banquillo, y un círculo vicioso cada semana que arranca. Hasta uno se cuestiona la valía de cada futbolista que conforma el plantel. "Algo pasa", era el mensaje que lanzaron tras el partido ante el Oviedo tanto Pellicer, como los futbolistas que pasaron por zona mixta.

"Es de crispación con toda la razón, eso lo entiendo. Es un día de tragar veneno y nosotros debemos transmitir, tenemos que estar preparados ante esta situación. Nuestro objetivo es ser resistente", explicaba el técnico de Nules en la Juan Cortés de La Rosaleda. "En el fútbol mandan los resultados, esta es una plaza exigente y llevamos mucho sin cosechar buenos resultados. Es normal que muestren su descontento", manifestaba Jozabed, de los pesos pesados de ese vestuario, con un lenguaje corporal de alguien rendido, sin saber prácticamente qué decir. Continúan los capítulos negativos en torno al club, los asuntos institucionales no cesan, y además en el césped no hay respuestas. El Málaga CF sigue a la deriva, destinado al sitio innombrable.

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