Málaga C.F.

Sin invitación a la fiesta

  • Cesión de atacantes, lo más habitual en Segunda en el último día de la ventana invernal

  • Mientras sus rivales pescaban, el Málaga vivió el cierre de la ventana de fichajes invernales más anodino

Presentación de los fichajes del Málaga, esta temporada.

Presentación de los fichajes del Málaga, esta temporada. / javier albiñana

El Málaga se acostumbró a tener que remendar. Lleva haciéndolo en el mercado de invierno varios lustros de manera consecutiva y en las últimas temporadas vio como llegaban cromos que en contadas ocasiones encajaban en el sitio que se les reservaba en el álbum. En este mercado invernal, mientras la Segunda División trataba de pescar efectivos para marcar la diferencia o, simplemente, apostar por la mejor opción de piezas a las que pueden optar; el Málaga no estaba invitado a la fiesta de los fichajes. De reojo, los aficionados blanquiazules esperaban no ver una operación con el escudo de su equipo. Sin la posibilidad de inscribir a nadie, una salida en los últimos minutos del mercado afectaría sin duda a un plantel que sobrevive con 18 profesionales.

Pero el mercado se movió a última hora. En Segunda, el Logroñés se hizo con los servicios del ex malaguista Dani Pacheco; el Alcorcón recibió la cesión por parte del Huesca del mediocampista Kelechi Nwakali; el Almería incorporó al punta del Braga Guilherme Schettine; Simón Moreno, punta del filial del Villarreal, acabará la campaña a préstamo en el Mirandés; el Cartagena se refuerza hasta final de temporada con el delantero Cristian López; el Lugo se hizo con Appiah hasta el final del curso; u otro punta cedido: Álvaro Giménez del Cádiz al Mallorca. Son sólo algunos de los últimos movimientos en la categoría de plata. Casi todos delanteros. La pólvora se esconde a veces en pequeñas cosas, en cambio de aires a última hora. Las Palmas se hizo con Jesé en la enésima oportunidad para el atacante.

Los equipos aprovecharon para repescar jugadores que no tenían minutos, encontrarles otros acomodos y algunos conjuntos como el Girona se permitió ceder al zaguero Jonás Ramalho al Osasuna, con una opción de compra para los pamplonicas. El Rayo también reforzó su ataque con Miguel Ángel Guerrero, traspasado desde el Nottingham Forest. Como suele ocurrir en tantos ámbitos de la vida, el rico come y el pobre se alimenta.

El Málaga entró en un juego similar la pasada campaña en la que el más vistoso de las incorporaciones fue Tete Morente –fichado por el Elche al final de la temporada–, Buenacasa y Aarón Ñíguez no tuvieron la repercusión del atacante andaluz. Peor balance quedaría si se analizan los dos o tres mercados invernales anteriores en los que Morán, Alejo, Success, Ideye, Bueno, Seleznov Brezancic o Lacen fueron algunos de los refuerzos invernales.

En el mercado, algunos ex malaguistas se movieron a lugares poco esperados. Por ejemplo, Jack Harper se marchó del Cartagena –donde estaba cedido por el Getafe– al Villarreal B con una opción de compra; el uruguayo Diego Rolan dejó el Deportivo de La Coruña para irse al Pyramids egipcio; Michael Santos rescindió su cesión con el Copenhague y ahora vuelve a tener si futuro en torno al Leganés.

Todo un baile de refuerzos, con las cesiones como protagonistas, pocos montantes en los fichajes y no demasiados huecos en los conjuntos más punteros. El mercado, como cada año en las últimas temporadas repitió tendencias. El Málaga no tuvo nada que añadir a su actual plantel, pero puede celebrar que nadie se fue.

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