Málaga C.F.

Ni leones ni leonas

  • El Málaga, sin excusas para salir a por un triunfo revitalizador frente al Athletic Hay conjura para lograr los puntos y para salir enchufados desde el inicio y enganchar a la grada

El ombligo propio es un rival peligroso en el fútbol. Llega un momento, no obstante, en que desde ahí se cimientan triunfos, reacciones. Toca ignorar el muro que hay delante, lo que cuenta es escalarlo con éxito. Athletic, Barcelona, Betis o Rayo Majadahonda, da igual cómo se llame el rival que hay enfrente. El Málaga tiene dos deudas por atajar con su afición: recuperar la senda del triunfo y las sensaciones. Tampoco se exigen plenos al 15 a estas alturas, con firmar la primera de las condiciones se habrá ganado una paz de dos semanas.

Este es un clásico partido de varias capas. En la más superficial, que el Málaga sólo ha ganado un partido de seis, sufriéndolo bastante, y que los leones han enlazado cuatro consecutivas para auparse en las posiciones de cabeza. A priori, un escenario pintiparado para que los vascos amplíen su registro. Sin duda, la inercia de uno y otro habla de dos mundos diferentes. Pero ahí entra la capacidad de reacción de una plantilla señalada y herida en su amor propio. Esta semana se han sucedido los encuentros entre la plantilla y las conversaciones, tanto dentro como fuera del vestuario, y aflora entre los jugadores el convencimiento de que ha llegado el momento para resurgir. De enlazar la segunda seguida en casa y que venga acompañada, ya tras el parón, del primer triunfo a domicilio.

Además, la plantilla blanquiazul sabe que tiene otra deuda pendiente con su hinchada: la imagen. Especialmente la de los primeros minutos. La intensidad mostrada frente a Eibar y Betis en los primeros compases no era la propia de un conjunto necesitado y durante la semana se ha insistido en que hay que salir como un tiro al campo para recuperar el mejor ánimo con la afición y tomar el pulso del partido. Porque es cierto que la fisonomía de esta plantilla permite jugar a la contra para explotar la rapidez arriba. No obstante, dominar los encuentros sería otra manera de fortalecer al grupo, por no obviar que cuanto más tiempo esté en posesión del balón el equipo, menos problemas se le amontonarán en defensa, donde está sufriendo mucho.

Uno de los muros de contención, Kuzmanovic, no llegó a tiempo, tal y como se temía. Con él se había conseguido mayor solidez. Volverá Recio como pareja de Camacho y ello supondrá una reválida para el malagueño, que este año tiene mayor competencia aún para consolidarse en el once. También regresará Koné, quien antes de esa bursitis calcánea que le privó de jugar en el Benito Villamarín estaba dando pasos adelante. Es la misión del burkinés, aunque no está teniendo la misma evolución Diego Llorente, a pesar de haber disputado todos los minutos. Hace falta un buen partido de los dos para reforzar la moral y, sobre todo, para dejar el arco inmaculado, algo que no ha ocurrido todavía. Suena difícil ante un conjunto que apila dinamita con Aduriz, Raúl García, Muniain, Williams o el siempre peligrosísimo San José a balón parado. Aunque, desde el punto de vista contrario, no habría mejor acicate que conseguirlo.

Valverde sabe que tiene que dosificar minutos para no maltratar a algunos de sus mejores jugadores, si bien no está dispuesto a dilapidar el excelente impulso que suma su equipo en la competición. Jugadores como Laporte -que además está tocado-, Williams o Beñat parece que irán al banquillo desde el inicio sí o sí y aprovechar el lujo de una plantilla amplia y bien compensada.

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