Con 36 años y casi cien días cumplidos, Duda festejó su decisivo tanto al Athletic como un niño. Se quitó la camiseta, qué importa una amarilla en un momento tan incontenible, y corrió liberando rabia y reivindicando su ADN ante su DNI. El portugués ya tiene más recorrido acumulado que por delante, pero eso no quita que esté presto para las heroicidades que se le requieran. 36 años y 97 días, nunca un jugador con tanta edad había marcado un gol de blanquiazul. Pero su leyenda aún parece tener hojas en blanco por delante. Y una de ellas puede guardarle un sitio muy especial. Está a un solo tanto de igualar a Dely Valdés en la clasificación de máximos anotadores en la élite. El que sería el número mágico, el 36.

Dado su rol en el equipo y que precisamente no es un goleador, la empresa es complicada, a pesar de que se trate de sólo un tanto. Qué decir ya de la cúspide de anotadores, en la que aún figura Darío Silva y esos 38 que nadie ha podido alcanzar. Pero, visto lo que ocurrió ayer, en ninguna empresa en la que se vea envuelta Duda se puede utilizar la palabra imposible.

Lo consiga o no, lo que parece bastante complicado también es que alguno de los que venga por detrás le vaya a bajar del podio. Charles, que suma 13, es de los malaguistas en activo el único que le podría bajar de ese pedestal. Así que la Doble D ya tiene un nuevo compañero que será la referencia para los futuros goleadores del club. Cabría ir acuñando ya el término la Triple D incluyendo al portugués en esa Santísima Trinidad de históricos realizadores.

Otro mérito teniendo en cuenta que no es un goleador ni delantero. Pero su zurda ha roto moldes. Y, por supuesto, ha sido responsable de momentos memorables y de goles muy recordados. Por encima de todos, el tanto que selló la permanencia en Primera y que permitió el desembarco de Al-Thani para cambiar el signo de los históricos proyectos austeros. Por ejecución, una suerte que está en el currículo de pocos, el maravilloso gol olímpico en San Mamés, justo diez días antes de ese tanto. Por morboso, el que logró en la última jornada de la temporada 04/05 en el Sánchez Pizjuán, un maravilloso tanto de falta que dejó al Sevilla sin ir a la Champions, para regocijo del aficionado blanquiazul.