A través de su red social predilecta, Twitter, se suele conocer el estado de ánimo del jeque Al-Thani. Quien ha tratado con él directamente dice que suele ser volátil y normalmente con poco sentido de la realidad. En esta ocasión, su reacción ha sido contemplativa.

Una sarta de retuits (difusión de mensajes ajenos) sobre la actualidad del Málaga de la cuenta oficial del club, una información de sus nuevos seguidores en la red y una serie de mensajes de contenido religioso en forma de vídeo fueron su actividad en el día en el que el club de su propiedad era intervenido judicialmente. También contestó a un aficionado que recordaba que justo hacía siete años del gran desplazamiento malaguista a Oporto en la ida de los octavos de la Champions League. Creía que era un elogio y era una crítica. Daba las gracias y después lo borró.

El informe de la Fiscalía es demoledor sobre las actuaciones del jeque y su familia. Su defensa solicitó declarar por videoconferencia desde Catar, no entra en sus planes volver a España. Una semana atrás habló con dureza sobre Javier Tebas cuando el presidente de LaLiga se pronunció sobre la situación del club.