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Otros proyectos faraónicos para La Rosaleda que nunca llegaron

El alcalde, presentando el nuevo proyecto

El alcalde, presentando el nuevo proyecto / Javier Albiñana

Ahora que aparece esta nueva propuesta para dar un cambio radical a La Rosaleda y convertir el recinto y el entorno en un lugar capaz de albergar partidos de primer nivel. No está de más recordar otros proyectos muy pretenciosos y que nunca llegaron a cuajar como aquel oasis primigenio que el propio jeque Al-Thani bautizó como Qatar Stadium o la propuesta de BlueBay, que mezclaba ideas disparatadas con algunas similares a las que planean las instituciones.

Sede del Mundial de... ¿2018?

Abdullah Al-Thani llevaba unos meses como presidente del Málaga cuando concedió su primera entrevista personal. En ella, cuando su credibilidad, como la ilusión, andaban por las nubes, tocó infinidad de asuntos pero uno de los que más destacó fue que planeaba construir un nuevo estadio con capacidad para 65.000 personas que se denominaría Qatar Stadium.

Celebraba en aquel 2010 que Catar organizaría la Copa del Mundo en 2022 mientras que España caía en su intento por llevarse el de 2018. "Es una pena lo de España 2018. Además, teníamos la idea de construir un nuevo estadio para que Málaga fuese una de las sedes. Aunque bueno, no cambia mi idea de construir el nuevo estadio, que entra dentro de nuestro plan de desarrollo del Málaga", decía Al-Thani.

"Se llamará Qatar Stadium y tendrá una capacidad cercana a los 65.000 espectadores. Estamos muy cerca de adquirir unos terrenos para el estadio y también otros de unos 120.000 metros cuadrados en los que habrá una ciudad deportiva con diez campos de fútbol. Para nosotros es muy importante The Academy (así se produjo el bautizo de La Academia). También habrá un hotel de cinco estrellas, parques infantiles. No quiero decir dónde para que no se encarezca el precio", soñaba el jeque en una de las muchas promesas que no cumplió. No siempre por su culpa pese a su historial de sainetes.

El plan de BlueBay

Al-Thani quería unos terrenos dentro de la capital donde poner en marcha sus megalomaníacas ideas. Su Qatar Stadium no era compatible con La Rosaleda. El espacio sí le encajaba a BlueBay para el proyecto que vendió en público. Esperaba conseguir de manera generosa que las instituciones prácticamente les donasen el recinto para realizarlo. Era 2016.

Citaron a los medios y a una serie de exjugadores del Club Deportivo Málaga (Santi Llorente, Burgueña, Muñoz Pérez y Astorga entre otros) en sus oficinas de Marbella, donde mostraron incluso un pequeño vídeo con su idea del estadio que dejaba un poco que desear (no venía bien escrito el nombre del club).

Se trataba de la remodelación de La Rosaleda para convertirla en un estadio cinco estrellas con 47.000 plazas y tanto un hotel de cinco estrellas como un centro comercial dentro de sus instalaciones. Las líneas maestras fueron desgranadas por el propio presidente de la cadena hotelera, Jamal Satli Iglesias -salpicado por el Caso Astapa-, y su director general, Gonzalo Hervás.

Explotaría los bajos comerciales y en el anillo superior incorporaría ese hotel de lujo dentro de un proyecto que, según sus responsables, costaría entre 40 y 50 millones de euros. El hotel albergaría 160 habitaciones y palcos con vistas al campo para diez personas. El resto del campo quedaría rematado con 500 aparcamientos ecológicos, spa, gimnasio o un supermercado. También propusieron el embovedado del río Guadalmedina para hacer aparcamientos.

Más de 80 años de historia

El estadio de Martiricos ha ido transformándose sobre sí mismo en los más de 80 años que tiene. En su ubicación actual, huyendo de las olas de Los Baños del Carmen, ha resistido pero sometido a cambios importantes. Es cierto que quizás el primer gran cambio se produjo con motivo del Mundial de España de 1982. La desaparición de CD Málaga como tal y la travesía en el desierto hasta volver a la élite nacional provocó que se fuese quedando cada vez más anticuado.

En manos de las instituciones, se produjo la metamorfosis hasta una imagen cercana a la actual, con el reemplazo grada a grada y con la competición en marcha. El barco de Teseo en modo estadio de fútbol. Pero terminó quedando un coqueto campo para unas 30.000 personas, todas sentadas, como marcaban los tiempos. Eran los primeros años de la década de los 2000.

Con la llegada de Al-Thani, especialmente durante la etapa de Abdullah Ghubn como vicepresidente, La Rosaleda fue sometida a cambios y mejoras. En realidad, en la última década se han ido produciendo algunas variaciones y mejores. Ya no sólo en la parte del campo principal, también en el resto de instalaciones de todo lo que conforma el recinto. Los últimos han sido motivados por el dinero ingresado con CVC.

Ahora llega esta nueva idea, con la gran diferencia de que quienes la han presentado son los dueños del estadio. Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía aseguran que se realizará independientemente del Mundial de 2030, que todavía no se sabe dónde se hará y, si gana la candidatura ibérica, tendrá que colarse entre las sedes. 

Tampoco hay fechas de inicio de las obras ni está claro que todo el capital (que va en un arco amplio de 70 a 110 millones) vaya a salir de los bolsillos de los contribuyentes. En realidad, pese a lo atractivo, sonó bastante apresurado. Como otras propuestas anteriores. Faraónicas también.

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