Rubén Castro ha ido fulminando los récords que tenía a su alcance en esta temporada con el Málaga, pero esos logros saben a poco para un delantero de leyenda que a sus 41 años sigue siendo la gran esperanza blanquiazul de lograr la permanencia. Más aún ahora, después de que la temporada esté en las antípodas de donde el propio canario esperaba cuando se presentó hablando de ascenso y de ese penalti clave ante el Huesca. Hecho el borrón y cuenta nueva por parte del entorno del club, aún sigue siendo la gran esperanza porque si él marca, llegan los puntos.

Cuatro jornadas por delante para sumar más goles a la decena que lleva anotados con el Málaga. Cuando Rubén Castro marca, el conjunto blanquiazul siempre puntúa y casi todas las veces los tres. Marcó en las victorias ante Mirandés, Lugo en ambos encuentros, Zaragoza y Villarreal B además de en los empates ante Tenerife, Villarreal B y Granada. 

195 tantos en Segunda División y salvo en su temporada de debut en la categoría con Las Palmas, donde a sus 21 años marcó nueve goles, su mínimo siempre ha estado por encima de lo que lleva ahora con el Málaga (contando solamente los partidos ligueros). En la siguiente firmó 22. Años más tarde, en la 2008/2009, con el Huesca marcó 13 y un año más tarde 14 con el Rayo Vallecano. Lo del Betis fue historia: 27 goles en un ascenso y 31 para el otro. 15 cada curso en su regreso a Las Palmas y 19 y 20 con el Cartagena antes de recalar en Martiricos.

Ahora que el mejor socio que ha tenido en toda la temporada, Pablo Chavarría, está entre algodones, es más importante si cabe la contribución del delantero, que ha jugado en 37 de las 38 jornadas ligueras (30 como titular y 15 completos) para un total de 2.709 minutos, solamente superado por Aleix Febas, que ha jugado 37 y 34 desde el inicio para un montante de 2.936 minutos. Cuatro partidos tiene Castro para agrandar su leyenda con goles que conduzcan a la salvación más improbable de la historia de Segunda.