Bodega Viñedos Verticales de Moclinejo

Romé, una uva en extinción

  • La Bodega Viñedos Verticales de Moclinejo han rescatado esta variedad, que es autóctona en la provincia, con el vino tinto Camaleón

Uno de los viñedos de la bodega Muñoz Cabrera en Moclinejo, en la Axarquía.

Uno de los viñedos de la bodega Muñoz Cabrera en Moclinejo, en la Axarquía.

Mucho menos conocida que la moscatel pero con la expresividad que tienen las uvas malagueñas, resurge la Romé. Actualmente sólo un par de bodegas de la Axarquía trabajan con esta variedad autóctona cuyos viñedos apenas se pueden ver en algunas parcelas de la Alta Axarquía y de Ronda. Antiguamente se usaban para dar color a los dulces, pero tiene cualidades suficientes para servir de base de los tintos. La bodega Viñedos Verticales ha querido recuperarla con su Camaleón, cuya primera añada es de 2017.

“Es una uva con la que en Málaga se hicieron tintos, pero que acabó usándose para dar color a los vinos dulces que no gustaban que fuesen tan pálidos. Actualmente hay poca superficie en la provincia que se dedique a su cultivo estando casi toda en la Axarquía, concretamente en Sedella y Corumbella (Sayalonga). Se pueden encontrar en parcelas pequeñas o intercaladas con la moscatel”, explicó Vicente Inat, enólogo y uno de los artífices del Camaleón.

“La idea llegó tras la vendimia de 2016 y se nos ocurrió porque lo interesante es emplear uvas autóctonas. Entre ellas la Romé, y su uso será la única forma de que no desaparezca. Si no se utiliza para elaborar caldos, los agricultores acabarán por no plantar viñas nuevas de esta variedad”, comentó uno de los productores de este vino que ha elaborado junto a Juan Muñoz. “En el momento en que tiene un fin aseguramos que no se extinga”, añadió. “La Axarquía es un lugar deslumbrante y desde el principio tuvimos claro que había que hacer un vino con nuestras uvas”, señaló. La variedad Romé está regulada en la Denominación de Origen Málaga.

Según explicó este enólogo valenciano afincado en Málaga, una de las peculiaridades de esta uva de piel gruesa es que en un mismo racimo se pueden encontrar uvas blancas, rosas y tintas. De ahí, que el nombre elegido para el vino con el que rescataron la Romé se llame Camaleón. “Por eso, y porque la comarca es la mayor reserva de Europa de estos animales”, agregó.

Es, además, según indicó una uva que aguanta mucho el calor y “a la que va peor la humedad para la maduración”. “Tiene una nariz muy original con muchos matices. Frutos rojos, plantas aromáticas, balsámicos, entre otros. Tiene poco color pero mucha fuerza en boca”, describió Inat.

En el siglo XIX la filoxera acabó con las viñas que a día de hoy vuelven a tomar posiciones gracias a viticultores como Inat, Muñoz y otros que han apostado por los vinos axárquicos extraídos de los suelos pizarrosos de la comarca.

En el año 2008, la Bodega Muñoz Cabrera ya sacó un tinto elaborado con Romé. Estas uvas autóctonas se caracterizan por sus racimos variopintos, poco compactos y de tamaño medio pero con gran fuerza. Nueve años después, Juan Muñoz, que también es propietario de las bodegas Muñoz Cabrera, se embarcó junto a Vicente Inat a través de Viñedos Verticales para elaborar Camaleón. Antes la bodega Sedella Vinos ya hacía un vino tinto con esta variedad y garnacha.

Bodegas Bentomiz también tienen un rosado, Aryllanas, cien por cien Romé. Destacan su mineralidad y frescura, con toques de frutas rojas frescas y florales de pétalos de rosa y violetas. En boca es aterciopelado, sabroso y seco. Un vino sutil y armonioso, con recuerdos salinos y florales en el postgusto. Se sirve como aperitivo o para acompañar mariscos.

Una producción de 1.900 botellas que ha llegado a Canadá

La Bodega Viñedos Verticales, integrada por dos amigos, Juan Muñoz y Vicente Inat, ha sacado de este vino tinto elaborado con uva Romé, una producción de 1.900 botellas. Este caldo de uvas autóctonas “se puede catar con un plato tan malagueño como el gazpachuelo, pero que no se arruga ante un chivo”, explicó Inat sobre este vino que ha salido también a países como Canadá o Polonia. Su filosofía, es la del trabajo respetuoso con el medio, tanto en la viña como en la bodega, sin productos de síntesis y con fermentaciones naturales. Elaborado en tinas de madera, fudres de más de 100 años y trujales de hormigón.

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