'Bodycams': Marbella patrulla con nuevos ‘ojos’ para probar agresiones y amenazas ante el juez

El dispositivo, que los policías locales llevan en el pecho, graba imágenes en tiempo real desde dos minutos antes de que pulsen el botón

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Una de las bodycam en el chaleco de un policía de Marbella
Una de las bodycam en el chaleco de un policía de Marbella

Marbella se vigila a sí misma. Los agentes de la Policía Local ya no patrullan sólos: ahora los acompaña un testigo implacable y silencioso que no parpadea ni olvida. No lleva uniforme, pero siempre está presente. Ocho cámaras corporales —cedidas por Telefónica en un proyecto piloto— se han convertido en los nuevos ojos de la seguridad en la capital de la Costa del Sol, filmando lo que ocurre en la vía pública y transmitiendo las imágenes captadas en directo al centro de mando. Y ello con la pretensión de que el contenido de estos dispositivos, que los policías llevan dispuestos en el pecho, sirvan, ante el juez, como pruebas objetivas en casos de agresiones o amenazas. Marbella experimenta así una nueva forma de vigilancia: policías que patrullan con una segunda mirada, la de una cámara que registra cada gesto y cada palabra. Una tecnología que se suma a las 361 cámaras fijas distribuidas en todo el municipio.

Han transcurrido cinco meses desde su implantación y el objetivo del plan es ambicioso. El Ayuntamiento marbellí pretende adquirir entre 20 y 40 cámaras corporales más, hasta lograr que cada policía que está en la calle disponga de la suya propia, informó en una entrevista con este periódico el subinspector Cristóbal Fernández, responsable de los sistemas informáticos y tecnológicos de la Policía local de Marbella.

La innovación va más allá de la simple grabación. Las cámaras no graban de forma continua, sino cuando el agente considera que es oportuno. En estos meses, las bodycams ya han demostrado su utilidad en contextos muy distintos. Han servido para alertar a otros servicios de emergencia, como bomberos, médicos o patrullas de apoyo en casos de accidentes de tráfico y también para responder ante actuaciones “contundentes” con sujetos agresivos. Incluso en la lucha contra el crimen organizado. “Tenemos muchísimas peticiones de solicitudes de cámaras fijas. En un momento de interés, también se podrían usar para facilitar estas investigaciones”, sostiene el subinspector.

La novedad es la emisión en tiempo real de imágenes que captan en ese momento incluso lo que sucede dos minutos antes de que el investigador accione el botón, una ventaja clave para reconstruir, a posteriori, situaciones delicadas. “Se puede visualizar lo que percibe el policía in situ. Eso nos da una visión más amplia y realista para que la sala 092 mida la gravedad y active recursos de apoyo”, explica el coordinador de los sistemas tecnológicos.

Cada intervención grabada queda registrada con encaje jurídico. “Esa prueba es legal y se admite en los tribunales”, destaca el policía. Son un blindaje legal para los agentes y, al mismo tiempo, una garantía de transparencia para los ciudadanos. “El policía sabe que está protegido, y el ciudadano tiene la certeza de que su actuación también queda registrada”, añade. La Fiscalía admite esas grabaciones como prueba legal. Si se filma a un conductor bajo los efectos del alcohol, esa imagen “es irrefutable”.

“Efecto disuasorio”

Las cámaras también tienen un “efecto disuasorio”. Aunque la ley no obliga a avisar a la otra parte implicada de que se está grabando, la mera advertencia cambia el tono de muchas intervenciones. “Para el ciudadano es también una garantía, aunque los agentes tenemos siempre la obligación de comportarnos con ética y proporcionalidad”, explica.

El sistema ya se ha probado en escenarios de gran afluencia como la Feria de Marbella y San Pedro, en actuaciones por reyertas o violencia de género y también en controles de tráfico. En el municipio, las bodycam se suman a las cámaras que ya incorporan las táser –o pistolas eléctricas–. Al disparar el arma, el dispositivo de grabación se activa. Las imágenes que recoge permite también justificar su uso ante los jueces. ‘Entonces se puede decir:“Señor juez, tenga en cuenta que he usado el táser porque había agresividad acreditable. La fuerza empleada no iba a ser suficiente, o podía provocar más lesiones. La táser es como una inyección: no hay lesividad como tal”, considera el subinspector.

No todos los funcionarios disponen de una pistola eléctrica. Su utilización requiere formación específica. “Hay situaciones en que puede verse afectada la seguridad ciudadana y debe usarse. Hemos tenido reyertas en domicilios donde la entrada necesita una justificación”, detalla.

La cámara descubre a un maltratador pateando a su novia

Policías recuerdan, desde el anonimato, varias de las intervenciones en las que el dispositivo les ha sido de utilidad como prueba ante el juez. En una ocasión, los agentes habían detenido a un joven de 18 años drogado que desacató sus órdenes. Hubo que reducirlo, empleando, defienden, la “fuerza mínima indispensable”. La familia denunció la actuación policial, que los investigadores pudieron respaldar en sede judicial aportando la secuencia de la filmación. En otro caso, la Policía también tuvo que enfrentarse a un maltratador, un ciudadano ruso de 1,90 cm. La grabación reflejaba “cómo pateaba a su pareja”. “Ella no quiso denunciar y, sin embargo, al aportar las imágenes, el magistrado lo condenó”, relatan. Las imágenes han servido también para avalar arrestos policiales tras lluvia de reproches en redes sociales.

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