Impulso a las spin-offs del CSIC que abordan la transición ecológica
Empresas
El sector de Energía y Medioambiente representa el 10,26 % de las empresas analizadas
Su dinamismo y su capacidad de atracción de inversión auguran un notable crecimiento

La transición energética y la protección del medioambiente cuentan con un nuevo aliado: las spin-offs surgidas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que se abren paso como actores clave en la aplicación del conocimiento científico a los grandes retos de sostenibilidad. Aunque el sector de Energía y Medioambiente representa solo el 10,26 % de las empresas analizadas en el catálogo de spin-offs del CSIC, su dinamismo reciente y su capacidad de atracción de inversión auguran un crecimiento con impacto transformador.
Estas empresas emergentes, basadas en tecnología profunda (deep tech), están aplicando innovaciones en ámbitos como las energías renovables, la eficiencia energética, la monitorización ambiental, el almacenamiento energético o la valorización de residuos. Desde 2018, el número de spin-offs en este ámbito ha crecido de forma significativa, reflejo de un impulso renovado en torno a la sostenibilidad y la acción climática.
De la descarbonización a la construcción sostenible
Varios proyectos empresariales surgidos del CSIC están marcando un nuevo rumbo en la transición ecológica gracias a tecnologías que promueven la sostenibilidad, el uso eficiente de recursos naturales y la descarbonización. Entre ellas, Lightnet Carbon Capture destaca por sus soluciones de captura y valorización de CO₂, tanto en fuentes emisoras como directamente del aire, con aplicaciones en economía circular y objetivos de neutralidad climática.
También en el ámbito de la energía, Vanaflow Energy Systems desarrolla baterías de acumulación eléctrica de alta capacidad, seguras y escalables, fundamentales para sistemas energéticos más flexibles y limpios. Por su parte, Sunox Technologies propone un método químico sostenible, libre de disolventes peligrosos, para la producción de compuestos aromáticos, minimizando residuos y riesgos industriales.
En materia de recursos hídricos, proyectos como CPS, Blauets, AIQUOS y Digitor ofrecen soluciones avanzadas para la monitorización y control de contaminantes en agua, desde sensores portátiles hasta muestreadores pasivos de bajo coste. Estas tecnologías facilitan un seguimiento preciso de la calidad del agua en distintos entornos, incluyendo ríos, aguas subterráneas o sistemas urbanos.
Asimismo, el sector de la construcción sostenible se ve impulsado por iniciativas como Photokrete, con un nuevo tipo de hormigón radiativo que reduce el uso de aire acondicionado en ciudades, o Sustfibre, que propone materiales compuestos reciclables y de alta resistencia. En el mismo campo, Lignoecopack reutiliza residuos lignocelulósicos para reforzar papeles de embalaje, y Recopps recupera metales críticos a partir de residuos de la industria del cobre, reforzando la economía circular.
La agricultura también tiene su espacio con Agroteams, que introduce robots autónomos para la recolección en campo, y Agrosensing, que permite prácticas agrícolas sostenibles mediante el diagnóstico portátil del estrés en cultivos. A esto se suma 4DFarms, que emplea sensores LiDAR y algoritmos para mejorar la productividad y el uso eficiente del agua.
Madurez tecnológica de los proyectos
En términos de desarrollo tecnológico, la mitad de estas spin-offs ya ha alcanzado niveles de madurez tecnológica elevados (TRL 8 y 9), lo que implica que sus soluciones están listas para su aplicación en entornos reales. Este dato revela no solo una rápida evolución desde la fase de laboratorio hasta el mercado, sino también una alta preparación para competir en sectores industriales exigentes.
La financiación pública y privada combinada supera los 11 millones de euros, lo que ha permitido acelerar su crecimiento. Además, han conseguido atraer una inversión total superior a los 5 millones de euros, una cifra significativa si se tiene en cuenta que muchas de estas empresas aún están en etapas de consolidación. Un 50 % exporta ya sus productos o servicios, lo que apunta a su potencial internacional.
El sector cuenta además con un importante capital humano: en conjunto, las spin-offs de Energía y Medioambiente reúnen a más de 20 doctores en plantilla, con una media de 2,67 por empresa. Este talento es clave en el desarrollo de tecnologías complejas y en la validación científica que respalda sus modelos de negocio. La propiedad industrial también es destacable: el 75 % dispone de al menos una patente registrada.
Aunque su peso en número todavía es modesto frente a sectores más consolidados como Salud o Biotecnología, las spin-offs del CSIC centradas en sostenibilidad aportan una visión estratégica alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El 62,5 % de ellas manifiestan un compromiso claro con estos objetivos, lo que demuestra su vocación no solo empresarial, sino también social y ambiental.
En un contexto donde la innovación es fundamental para frenar el cambio climático y construir modelos económicos más sostenibles, las spin-offs del CSIC dedicadas a la energía y el medioambiente representan una apuesta decidida por convertir el conocimiento en soluciones reales. Son una muestra tangible de cómo la ciencia pública puede traducirse en impacto directo sobre la sociedad y el planeta.
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