Audi Q5, un SUV superventas que se renueva y microhibrida
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Con las modificaciones estéticas que Audi ha incorporado al Q5, su SUV de tamaño medio-grande, el objetivo es transferirle un aspecto más deportivo. Es lo que fundamentalmente cambia junto con la microhibridación que se incorpora a todos sus motores. Los Q5 Sportback llegarán el año que viene.
En 2008 se lanzaba la primera generación del Audi Q5 y, en 2017, se producía la comercialización del segundo, ya fabricada en lugar de en Inglostadt (Alemania) en la factoría de mexicana de San José Chiapa. Ahora se inicia la venta de la segunda fase de este modelo con una identidad aun más marcada por los cambios en su diseño.
Es el aspecto el punto fundamental que cambia en este Audi Q5 caracterizado por sus entradas de aire más grandes, con inserciones de color negro o aluminio, además de su parrilla octogonal al estilo del Audi Q8, de más tamaño que lo era. Los faros LED estrenan una nueva firma lumínica, siendo de Matrix LED de serie en los acabados S Line y Black Line -opcional en el resto-, mientras que, en la trasera, un nuevo elemento decorativo liga los dos pilotos.
Estos son de tipo OLED, de modo que permiten un diseño lumínico distinto, con tres firmas entre las que puede elegir su comprador, cada una con su propia secuencia al abrir o cerrar las puertas. Además, tienen una función de seguridad específica en tanto que si un coche se aproxima al Audi Q5 detenido todos los segmentos que conforman la luz de los pilotos se encienden para advertir al conductor de ese vehículo. Esta función se completa con los intermitentes dinámicos.
Con los paragolpes más grandes la longitud del Q5 crece 1,9 cm, hasta los 4,68 m, pero se mantienen sin cambios el resto de dimensiones.
Más potencia para el infoentretenimiento
La nueva plataforma modular de infoentretenimiento tiene un sistema operativo más rápido y, a la vez que mejora en este aspecto, se desprende el Q5 de la rueda de manejo para la pantalla. Ahora es táctil y de 10,1”, pudiendo escribirse sobre ella o manejando las funciones con la voz. El navegador es de serie a partir del segundo nivel de equipamiento, el Advance, y se incluyen junto a él los servicios del Audi Connect.
La instrumentación es de serie la Audi Virtual Cockpit, con una pantalla de 12,3” y tres modos de visualización seleccionables que se pueden elegir desde los mandos del volante. En opción queda la proyección de información sobre el parabrisas, el head-up display.
En el navegador es posible disponer del Google Earth con sus imágenes de alta resolución. Forma parte del equipamiento de serie la radio digital y es posible, con el servicio Alexa de Amazon, disponer de los Alexa skills. Además, en la pantalla se puede conseguir información, con los servicios car-to-x sobre espacios de aparcamiento o comunicación con semáforos en algunas ciudades.
Hibridación muy suave
Todos los motores tienen ahora una microhidridación de 12 voltios con la que se podría desplazar el Q5 por inercia con el motor desconectado y activarse el Start-stop a menos de 22 km/h. Según Audi, su incorporación permite ahorrar 0,3 l/100 km.
Los tres motores disponibles, por el momento, son los de las versiones 35 TDI de 163 CV, con tracción delantera y caja S tronic; 40 TDI, de 204 CV y con el mismo Diesel 2.0, ya con tracción total y la misma caja de cambios; y el 45 TFSI, también con la misma configuración de transmisión, de 265 CV. Recibirán, más adelante, la versión híbrida enchufable 55 TFSIe y la SQ5, ésta con 341 CV. Costará 78.180 euros con cambio Tiptronic de 8 velocidades y tracción total.
Los tres motores a la venta se combinan con los niveles de equipamiento Básico, Advanced y S Line: al precio de partida del más asequible de los Q5, el 35 TDI que cuesta 47.610 euros, habría que sumarle los 3.600 que supone llegar a la línea Advanced y, para pasar al siguiente nivel, el S Line, otros 2.500 euros. El Black Line, que añade detalles de decoración específicos en color negro, supondría 3.000 euros más respecto al S Line.
La versión 40 TDI, ya con tracción total, parte de 52.040 euros y el 45 TFSI, también quattro, con 59.130 euros.
Cuatro tipos de suspensiones, dos opcionales
En algunos casos, la suspensión tiene ajustes específicos para un acabado. Es lo que ocurre con los Básico y Advance, que tienen los muelles y amortiguadores estándar, mientras que los S line y Black Line llevan el tren de rodaje deportivo. En los dos tipos de suspensiones sus amortiguadores podrían ser regulables electrónicamente o bien reemplazarse los muelles de acero por muelles neumáticos.
Con el tren de rodaje deportivo, que es el que hemos podido conducir, el Audi Q5 pisa con aplomo y, sin embargo, no apreciamos exceso de firmeza. Cierto que las irregularidades están ahí y no se evaporan bajo las ruedas con llantas de 19”, pero son perfectamente sobrellevables.
Con los perfiles que ofrece el Drive Select -hasta siete puede tener el Q5- es muy fácil dar con el ajuste más adecuado, por ejemplo, de la asistencia de la dirección.
En cuanto a las ayudas de conducción, el pre sense city es la de serie, mientras que el asistente de giro, el de anticolisión y el de salida son opcionales. También lo es el control de crucero adaptativo que trabaja junto con el de mantenimiento de carril.
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