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El acuerdo para el programa nuclear de Irán se esfuma con la marcha de Rusia

  • Lavrov se reincorporará hoy, fecha límite para el pacto, a la negociación si hay opciones realistas de un entendimiento El ministro alemán afirma que el diálogo está en una fase "difícil" y "crítica"

Las negociaciones sobre el programa nuclear iraní siguen sin arrojar resultados, al punto que el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, abandonó ayer las negociaciones en Lausana, anunció una portavoz de su Ministerio.

La partida de Lavrov hace temer sobre las posibilidades de que se llegue a un entendimiento antes de la fecha límite de hoy. Si hay opciones realistas de un acuerdo, Lavrov volverá hoy a Lausana, indicó la portavoz.

De acuerdo con los círculos cercanos a las negociaciones, hay acercamientos en varias cuestiones técnicas, pero sigue habiendo controversias políticas.

Los cinco países con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Rusia, China, Francia y el Reino Unido) más Alemania, que conforman el Grupo 5+1, negocian en Suiza con Irán un acuerdo marco para limitar su programa nuclear y acabar así con un conflicto de 12 años.

El Grupo 5+1 quiere impedir que Teherán pueda desarrollar armas atómicas y el país persa aspira a que se levanten las sanciones económicas en su contra. Un acuerdo sería un pilar importante para lograr una mayor estabilidad en Oriente Próximo.

Las negociaciones avanzaron en los últimos meses pero hay aún cuestiones sensibles que impiden un acuerdo. Hoy debería concluir el pacto general y hasta finales de junio uno que contenga todos los detalles técnicos.

Teherán quiere que las sanciones sean levantadas de inmediato. "Esto es muy importante para nosotros por razones políticas y legales", dijo el viceministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi.

En cambio, el Grupo 5+1 quieren mantenerlas el mayor tiempo posible para garantizar que Irán no pueda desarrollar armas atómicas, proyecto que siempre negó el Gobierno persa.

El ministro del Exterior alemán, Frank-Walter Steinmeier, afirmó ayer que las negociaciones se encontraban en una fase crítica. "No podemos permitir que tras diez años haya un desarrollo explosivo, sino que debemos prestar atención a que Irán siga excluido de forma verificable y duradera del acceso a armas atómicas", dijo.

Steinmeier aseguró que hubo "mucho progreso no sólo en los últimos 12 meses sino también aquí", en Lausana. "No dejaremos de intentar todo lo posible" para alcanzar un pacto, aunque "tampoco se permitirá un mal negocio" con los iraníes, concluyó.

Algunos de los puntos de conflicto político son el periodo de validez del acuerdo y la pregunta acerca de cuánto deberían ser controladas en el futuro las actividades atómicas de Irán, lo que para Teherán implica también una cuestión de orgullo nacional.

Otro punto de conflicto es cuán rápido se deben levantar las sanciones en caso de acuerdo. Teherán pide que los alivios a nivel de sanciones sean rápidos y abarcativos. Occidente quiere mantener vigentes sobre todo las restricciones de la ONU, ya que limitan la transferencia de tecnología nuclear a Irán. Otras sanciones se refieren a las exportaciones de petróleo y las cuentas en el extranjero.

El precio del petróleo cedió ayer con las negociaciones nucleares de trasfondo. Un barril del tipo Brent costaba 55,99 dólares, un 42% menos que la semana anterior. Si las sanciones se acaban, la sobreoferta podría volver a aumentar en el mercado mundial, ya que Irán, miembro de la Organización para la Exportación de Petróleo (OPEP), podría volver a exportar petróleo sin problemas.

Las negociaciones son vistas de forma crítica tanto por los republicanos del Congreso de EEUU así como sus aliados en el Golfo, sobre todo Arabia Saudí e Israel.

En cambio, para Irán y EEUU, que llevan 35 años enemistados, el acuerdo sería un paso histórico.

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