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¿El inicio de una larga pesadilla?

  • Kenia teme convertirse en un objetivo frecuente de atentados

Una pregunta temerosa está hoy en la cabeza de casi todos los kenianos: el brutal ataque al centro comercial Westgate en Nairobi ¿sólo es el inicio de una larga cadena de atentados terroristas? ¿Van a tener que aprender a vivir con el miedo al terrorismo cada vez que van a hacer compras, viajar en autobús o comer en un restaurante?

Y es que la milicia Al Shabab ha dejado claro que para este país no habrá paz mientras haya tropas kenianas en la vecina Somalia. ¿Acaso Westgate es el espantoso inicio de una larga pesadilla?

"Pueblo keniano: si quieres tener paz en tu país, dile a tu Gobierno que tiene que retirar sus Fuerzas Armadas de nuestro país. De lo contrario, van a vivir más baños de sangre en su patria", dijo el portavoz de Al Shabab, el jeque Ali Mahamud Rage, la noche del domingo a la emisora de radio somalí Andulus.

El portavoz anunció que habrá una nueva oleada de atentados en Nairobi en los que los combatientes muyahidines aplicarán también "tácticas nuevas".

Según informaciones periodísticas, de Westgate logró escapar uno de los terroristas, junto con las personas que huyeron. Ese hombre se manchó con sangre de las víctimas y dijo que había sido herido. Una vez trasladado al hospital, sacó una pistola y mató a tres pacientes y luego apuntó el arma a su propia cabeza.

En un vídeo de Al Shabab, los combatientes dijeron estar alegres porque después de su muerte Alá les recompensará.

Aun así, se trata de otro tipo de terrorismo que el 11-S o las masacres que la secta Boko Harem lleva a cabo en Nigeria. Los atentados de este grupo se dirigen sobre todo contra locales donde sirven bebidas alcohólicas o contra iglesias cristianas. Ya el nombre lo dice todo: significa algo así como "la educación occidental es un pecado".

En cambio, Al Shabab ya dejó claro a raíz del ataque al Westgate que tiene una exigencia concreta: la retirada de las tropas kenianas de Somalia. Es decir, no se trata, o al menos no sólo, de atacar a cristianos o un estilo de vida occidental. Pero la milicia sí lleva años atacando a esa comunidad religiosa en Somalia, donde Al Shabab pretende imponer una interpretación extremadamente rigurosa de la sharia (ley islámica).

Sin embargo, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, manifestó su intención de no dejarse chantajear y de actuar con mano dura contra cualquier tipo de terrorismo: "Nosotros hemos luchado por la libertad, para vivir tal como creemos que es correcto", dijo en un discurso dirigido a su pueblo.

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