Las protestas por el asedio 'yihadista' a Kobani elevan la tensión en Turquía

Al menos 19 personas mueren en los enfrentamientos entre kurdos de izquierdas e islamistas radicales El Gobierno de Ankara decreta el toque de queda y saca al Ejército a la calle

Policías antidisturbios se enfrentaban ayer a los manifestantes contre el EI en Diyarbakir.
Ilya U. Topper (Efe) Estambul

09 de octubre 2014 - 05:03

Los graves disturbios de la noche del martes en Turquía, en los que murieron 19 personas, han dejado un regusto a las épocas de la última dictadura, cuando los militares se hicieron con el control del país para poner fin a los continuos enfrentamientos entre activistas de derecha e izquierda.

Aunque los toques de queda en seis provincias, entre ellos en Diyarbakir, la capital turco-kurda, redujeron al mínimo las protestas ayer, en otros lugares sigue habiendo protestas y enfrentamientos entre kurdos de izquierdas e islamistas radicales.

La Policía turca dispersó con gas lacrimógeno y cañones de agua a presión concentraciones en dos barrios de Diyarbakir y la situación seguía tensa por la tarde.

Además, a mediodía de ayer, un disparo acabó con la vida de un joven en Siirt, en el sureste del país, donde también continuaban los disturbios, informó el diario Hürriyet. Es la víctima más reciente de un conflicto que arrancó la noche del lunes, con protestas por la pasividad del Gobierno turco ante el asedio yihadista a la ciudad kurda de Kobani, en el norte de Siria, al otro lado de la frontera.

Los activistas kurdos reprochan a las autoridades turcas permitir el flujo de militantes y armas para el grupo Estado Islámico (EI) al tiempo que mantienen sellada la frontera para impedir la llegada de ayuda humanitaria a la población o municiones a las milicias sirio-kurdas que defienden Kobani.

Pese a declararse parte de la coalición internacional contra el EI, Turquía no actuó contra el avance de los yihadistas, fácilmente identificables a cientos de metros de la frontera.

Tras un llamamiento a la "movilización general" del partido prokurdo HDP, el cuarto del Parlamento turco, se registraron a partir del lunes protestas en numerosas ciudades de Turquía.

El martes estas concentraciones se tornaron violentas, con la construcción de barricadas, la quema de autobuses y una amplia intervención policial.

Pero excepto un joven fallecido el lunes en la provincia de Mus por el impacto de un bote de gas disparado por los agentes, todas las víctimas se deben a enfrentamientos, casi todos con armas de fuego, entre kurdos de izquierdas e islamistas radicales.

Estos últimos suelen ser simpatizantes del grupo integrista Hüda-Par, creado en 2012 como una refundación de la red islamista y terrorista turca Hizbullah (sin relación con la milicia libanesa homónima), que en los 90 asesinaba a simpatizantes del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda-turca.

Los enfrentamientos más intensos tuvieron lugar en Diyarbakir, donde fallecieron 10 personas. Fuentes locales informaron de que seis de estas víctimas podrían ser miembros del Hüda-Par y tres simpatizantes del PKK.

Tanto en Diyarbakir como en un barrio de Estambul, las patrullas policiales fueron reforzadas ayer con unidades militares que controlaban los puntos estratégicos con vehículos-oruga blindados, en una imagen muy poco habitual en la última década en Turquía.

También el extenso toque de queda, que en Diyarbakir durará hasta este amanecer, y en otros municipios "hasta nueva orden", es algo que recuerda a épocas de dictadura militar, destacaban ayer algunos medios turcos.

A esto se añaden rumores, según los que miembros del Hüda-Par han secuestrado a simpatizantes del PKK para luego entregarlos a la Policía, relanzando especulaciones sobre una colaboración secreta entre islamistas radicales y fuerzas del orden.

Estas sospechas se unen a la convicción de que ya el Hizbullah, declarado terrorista, cometía secuestros, torturas y asesinatos por encargo de los servicios secretos.

Altos cargos del PKK vienen advirtiendo de que suspenderán las negociaciones de paz con el Gobierno, iniciadas a finales de 2012, si Turquía permite que la asediada Kobani caiga en manos yihadistas. Con la actual tensión social, el proceso de paz está más frágil que nunca y es dudoso si el PKK mantendrá el alto el fuego en vigor desde marzo de 2013.

Por otro lado, en Alemania, varias manifestaciones de kurdos en las calles de Hamburgo y Celle acabaron en violentos enfrentamientos con grupos de radicales musulmanes que se saldaron con 23 heridos, algunos de gravedad, informó ayer un portavoz de la Policía. Allí, cientos de kurdos salieron a las calles la noche del martes para reclamar ayuda para los kurdos en Kobani. Las manifestaciones comenzaron de manera pacífica, pero acabaron en violencia.

"Cerca de 400 kurdos se manifestaron en Hamburgo contra la violencia de la milicia terrorista EI el martes por la tarde en las proximidades de una mezquita", indicó un portavoz de la Policía. Allí se enfrentaron a cerca de 400 radicales musulmanes, presuntamente salafistas, según los datos de las autoridades de la ciudad del norte de Alemania.

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