Borau, ese hombre poliédrico
Jesús Angulo y Antonio Santamarina editan un monográfico sobre el veterano cineasta, escritor, académico y presidente de la SGAE, fruto de 15 horas de entrevistas
Aquel niño grande, solitario, hijo único de padres mayores le gustaba sentarse en la mecedora e imaginar qué sería de mayor. Han pasado más de 70 años y José Luis Borau aún conserva ese asiento y esos recuerdos. "De hecho conserva las facturas de todos sus rodajes y hasta de los taxis", comentaba ayer Antonio Santamaría, coautor junto a Jesús Angulo de Borau: la independencia como obsesión, el primer volumen de la colección Biblioteca Cine Español, editada por el Ayuntamiento y el festival de Málaga.
"Desde entonces su máxima dedicación ha sido la de elucubrar", afirman los autores parafraseando al cineasta. La prolífica carrera del responsable de Furtivos le ha hecho merecedora este año del Premio Retrospectiva Málaga hoy que otorga el certamen por una vida dedicada a construir un lenguaje propio. "Él no hace una cine fácil y efectista. Es un cine lleno de silencios y miradas", explicó Angulo.
A diferencia de otras publicaciones dedicadas a glosar la figura de Borau, en esta ocasión los autores -amigos personales del cineasta- han optado por recordar su perfil "poliédrico", ese que trasciende las barreras del séptimo arte y alcanza la literatura. "A los dos nos ha sorprendido su faceta de escritor. Esa radicalidad que tiene en el cine en la literatura va mucho más allá". De ahí que con este homenaje, fruto de 15 horas de entrevista hayan pretendido destacar las ocupaciones de Borau desde que en los 90 decidió dejar de hacer películas hasta hoy. "En sus relatos es más atrevido, con personajes marginales, solitarios, llenos de conflictos. Él dice que con su literatura escandaliza más. Y es cierto", añadió Angulo.
Borau: la independencia como obsesión se alimenta mayoritariamente de una profusa entrevista en la que el protagonista evoca sus inicios en la escuela de cine, su afición a la literatura, la pintura y las artes plásticas. "Era un espléndido dibujante, leía de forma voraz y quería ser arquitecto", comentó el autor. El volumen dedica espacio a otras vertientes de Borau como historiador, editor, crítico de cine, guionista -suyo es el texto de Mi querida señorita-, y ensayista, sin olvidar su labor institucional. Entre otros cargos ostenta desde 2007 la presidencia de la SGAE y en 2008 fue nombrado académico de la RAE.
Ilustrado con fotografías tan sugerentes como en las que posa junto a Gloria Swanson o Claudia Cardinale, Borau: la independencia como obsesión pretende redondear el perfil de un hombre entregado a "todo lo que tuviese que ver con la creación, "y escuchar su voz".
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