Dani García logra una segunda estrella Michelin para Calima
El restaurante rondeño Tragabuches, donde el marbellí ejerció de jefe de cocina, pierde su distintivo · Sólo 12 establecimientos en toda España comparten el reconocimiento
La nueva Guía Michelin de España y Portugal se presentó ayer en San Sebastián en un acto que cada año constituye algo así como la entrega de los Oscars para la gastronomía. La ganancia y pérdida de las estrellas que certifican la calidad de los restaurantes más afamados de España tiene una traducción económica directa para los restauradores y chefs, pero también entra en juego, y de qué manera, el prestigio. En el caso malagueño, Dani García ha representado ayer un papel esencial desde su Calima en Marbella, y este papel se vio consagrado ayer de manera exponencial: el Calima consiguió su segunda estrella Michelin, una categoría compartida en toda España por sólo doce restaurantes, entre ellos los otros tres que ganaron también ayer su segundo distintivo: Miramar (Llançá, Girona), Azurmendi (Larrabetzu, Vizcaya) y Ramón Freixa (Madrid). Por el contrario, el restaurante Tragabuches de Ronda pierde en la nueva guía la estrella que lo condecoraba; la misma que ganó, precisamente, cuando Dani García era su jefe de cocina. De esta forma, el marbellí, con sólo 35 años, puede contar ya tres estrellas Michelin en su trayectoria.
Este galardón viene así a coronar una carrera que en realidad tiene todavía mucho por delante para presentar sus mejores valores. El apego a la cocina tradicional y a la experimentación con texturas mediante aliados innovadores como el nitrógeno, una combinación decisiva, ha hecho de García uno de los cocineros que más atención merece como valor seguro en un panorama, el gastronómico, en permanente evolución. Comenzó su formación con 18 años en La Cónsula, y en 1996 amplió de manera decisiva su etapa de aprendizaje en el restaurante de Martín Berasategui en Lasarte (Guipúzcoa). Tras pasar ya como profesional por distintos restaurantes de la provincia de Málaga, pasó a formar parte del restaurante rondeño Tragabuches, ya desde su inauguración en 1998, como jefe de cocina. El Tragabuches se convirtió en referente y García llamó la atención poderosamente al medio gastronómico nacional, especialmente desde que ganara su primera estrella Michelin. En 2005 abandonó Tragabuches para poner en marcha su proyecto más personal, el restaurante Calima en Marbella, que ganó pronto su primera estrella Michelin y ahora se ha visto recompensado con la segunda. En la expansión continua de su negocio, García abrió una nueva línea de establecimientos, La Moraga, con el tapeo como principal filosofía y el objetivo de profundizar en la relación de alta gastronomía y recetas tradicionales, con el fin añadido de acercar esta combinación al gran público con precios asequibles. Ahora, La Moraga espera su expansión internacional. No hay límites para el sabor.
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