Filosofía | Eugenio Trías

Cuando Nietzsche era un campo de minas

  • Galaxia Gutenberg recupera el primer libro del recordado Eugenio Trías, ‘La filosofía y su sombra’, cincuenta años después de su publicación

El filósofo barcelonés Eugenio Trías (1942-2013).

El filósofo barcelonés Eugenio Trías (1942-2013). / Toni Albir / Efe

Acudió Eugenio Trías (1942 – 2013) a Málaga en abril de aquel 2008 para inaugurar en el Rectorado el Congreso Internacional de la Sociedad Española de Estudios sobre Nietzsche, y durante su ponencia recordó el barcelonés que su maestro alemán “era un verdadero campo de minas; de hecho, lo fue hasta que una le estalló en la cabeza”. Cabría reflexionar, por lo mismo, hasta qué punto fue Nietzsche un campo de minas para el propio Trías, quien no sólo se acogió al patrocinio del autor de La genealogía de la moral, sino que lo reivindicó como piedra angular de un nuevo discurso para la filosofía española cuando ni la filosofía ni España estaban preparados para semejante órdago. Cuando Eugenio Trías publicó su primer libro, La filosofía y su sombra, corría el año 1969, justo cuando los fantasmas del aperturismo franquista se apresuraban a dar la espantá (el año, como recuerda Miguel Morey, había empezado caliente con el asalto de los estudiantes al Rectorado de la Universidad de Barcelona); algunos quisieron llamarlo estructuralismo, otros bien pensantes lo interpretaron como una lectura crítica pero al fin comprensiva del humanismo de Aranguren; Carlos Barral aceptó publicarlo después de barruntar el lío en que se metía; los más cándidos quisieron ver una reválida del cariz nietzscheano de Ortega, pero donde Ortega se había mantenido fiel al racionalismo Trías ponía sobre la mesa al Nietzsche puro, dionisíaco, lúdico: el Platón con bigote y parche en el ojo que lucía en la portada era justo el Platón contra el que Zaratustra había lanzado sus dardos más feroces (y a la vez, ojo, redentores). Nietzsche era un campo de minas dispuesto a mandar de una vez por todas el prurito escolástico a freír espárragos en una España domesticada, pero Trías se salió con la suya: a los 26 años publicó un libro que abrió la vía más fructífera y admirable de la filosofía española en el último medio siglo. Ahora, el sello Galaxia Gutenberg acaba de rescatar en su catálogo La filosofía y su sombra, en una nueva edición prologada por el citado Miguel Morey, acaso el gran continuador de esta tercera vía nietzscheana. Y lo más relevante del envite es la posibilidad de comprobar como el Dioniso más lúdico mantiene su advertencia en esta España que se cree mayor de edad pero que sigue pastando ante los mismos lobos: aunque militen en otro bando, los pastores guardan el olor a rancio.

Trías denunció las buenas palabras del humanismo para delatar sus malas razones

Sostiene Miguel Morey que la principal clave de esta obra primeriza estaba en “la denuncia de las buenas palabras del humanismo para ocultar malas razones”. Por primera vez, como un Epicuro que hubiese decidido comprender la verdad de los fenómenos para perder el miedo, la filosofía española contaba con alguien dispuesto a levantar la alfombra de la vida intelectual española para dar cuenta de toda la podredumbre que seguía allí acumulada; una miseria que el prurito académico se empeñaba en hacer pasar por buena y válida a la vez que ocultaba su verdadera naturaleza, servil, bien pagada y paradójicamente inhumana. Contra la operación de maquillaje, Trías propuso a un Nietzsche que juega, consolado en la música, para devolver a la tragedia su versión más fidedigna. Y lo cierto es que, en gran medida, el barcelonés, recordado hoy (o así debería ser) como el pensador más brillante de su generación, volvió siempre a la premisa dionisíaca a lo largo y ancho de su obra, lo mismo para definir la filosofía del límite (seguramente la aportación conceptual más relevante brindada al pensamiento en España desde el advenimiento de la postmodernidad) que para abordar la filosofía política (no en vano tituló Trías su definitiva inmersión al respecto La política y su sombra, en 2005), reivindicar la música como verdadero logos (en El canto de las sirenas y La imaginación sonora) y hasta alumbrar, si se tercia, el mejor libro sobre el séptimo arte jamás escrito en España (el póstumo De cine, publicado en 2013). Leer ahora La filosofía y su sombra significa volver al juego como regla para desterrar la regla como juego. Algunas minas quedan en el campo.

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