Fernando Gutiérrez muestra lo visible y lo invisible en la galería Isabel Hurley
Las lámparas ultravioleta sobre las obras destapan escenas sexuales que se esconden a plena luz, al modo de la moral occidental

Málaga/Hace más de cuatro siglos en Japón los artistas realizaban estampas con escenas eróticas y sexuales que no escandalizaban a nadie. Los Ukiyo-e tenían un carácter popular y eso, sin embargo, no los relegó al submundo ni les hizo perder su carácter provocador y obsceno. Pero cuando el país nipón se abrió al mercado occidental a finales del siglo XIX, la moral europea imperó censurando estas obras, haciéndolas subvertir desde lo visible a lo invisible. Estos dos conceptos, clásicos en la historia del arte, son los que toma el artista Fernando Gutiérrez para realizar una relectura del Mundo flotante en su proyecto homónimo que exhibe desde el pasado viernes y hasta el 18 de noviembre en la galería Isabel Hurley.
Nada es lo que parece cuando entra el espectador en la sala, en el Paseo de Reding, 39. A simple vista los cinco acrílicos sobre tela muestran el universo propio de Fernando Gutiérrez, sus seres antropomorfos, mitad hombre mitad pájaro, o cerdo, muy vinculados con la mitología cantábrica. Y los diez dibujos, tinta sobre papel, presentan líneas sencillas y escuetas. En algunos de ellos, incluso inexistentes, como si fuesen un folio en blanco con cierto relieve esperando a ser descubierto. Y es al encender las lámparas ultravioleta cuando se desvela ese otro universo que permanecía oculto, el mundo flotante, los cuerpos desnudos, los penes y las vulvas, las posturas sexuales dibujadas con mayor o menor realismo, con detalle o con trazos inquietantes, incluso, "turbios".
La muestra, que ha sido comisariada por Alfredo Aracil, inaugura la temporada de la galería malagueña. Es la tercera vez que Isabel Hurley trabaja con el artista ovetense. "Esta exposición es el inicio de un proyecto sobre lo que se ve y lo que no se ve, iconográfica y técnicamente", comenta la galerista. "Mundo flotante muestra lo paradójico de una figuración doble. Por un lado las corporalidades extraviadas y mutantes del universo de Fernando Gutiérrez, que nuestros ojos perciben en condiciones lumínicas normales, y por otro, una serie de imágenes espectrales de naturaleza erótica que, pintadas con material fotocromático, solo pueden verse cuando la radiación ultravioleta incide sobre la estructura molecular de la pintura", explica el comisario en la hoja de sala.
Alfredo Aracil destaca que la tradición de estas estampas japonesas en las que se pintaban escenas sexuales de forma explícita, propias del siglo XVII, fue perseguida con la llegada de la era Meiji, a mediados del XIX, debido a su supuesto carácter obsceno, contrario a la salud pública y la higiene que imponía la modernidad. "Si en el mundo oriental el sexo no era un tabú en aquella época, sí lo era en el occidental, y lo sigue siento, y la moralidad que llegaba con la apertura comercial frenó la producción de estos Ukiyo-e", afirma Isabel Hurley. Aunque marchantes franceses se hicieron con grandes cantidades de estas litografías y "se puso de moda el japonesismo, que influyó tanto en la pintura impresionista como en la literatura", agrega la galerista.
Aracil destaca que "esta forma de representar junto con sus usos sociales y circulaciones geográficas, desde el país nipón a la vanguardia cultural europea de finales del XIX, ha sido explorada por Fernando Gutiérrez en su elaboración de este mundo abismal de figuras (des)veladas". Estas estampas en las que Gutiérrez basa su proyecto también fueron el germen de El origen del mundo, de Courbet, cuadro que antes de ser donado al Estado francés estuvo oculto durante décadas en el domicilio del psicoanalista Jacques Lacan. Una tela abstracta de André Masson escondía de miradas indeseadas la perturbadora imagen.
Durante mes y medio se podrá visitar este proyecto financiado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Gijón. El 24 de noviembre la galería dará paso a la obra de Juan Carlos Robles y a finales de enero a la de Natalia Castañeda. Vídeo, escultura, cerámica, fotografía y pintura se exhibirán en esta sala que continúa con la línea trazada desde su puesta en marcha en 2007.
Tras Estampa, la SCAN Project Room de Londres
Con un solo de David Silvo participó la galería en la feria Estampa el pasado 21 de septiembre. "Ha ido muy bien, ha habido ventas y bastante movimiento de coleccionistas, algunos muy potentes", apunta Isabel Hurley. El viernes se inaugura en Londres un proyecto de la galería comisariado por la mexicana Paula Gómez Zambrana que reúne obra de tres artistas que exploran la relación de la imagen con el tiempo, Daniel Silvo, Javier Artero y la escocesa Sophie Mackfall mostrarán en la SCAN Project Room vídeo, fotografía, pintura, objetos y una performance.
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