Cultura

Javier Ojeda y su visión del rock antes de Tabletom

  • El cantante, de la mano de Fundación SGAE y el Museo Picasso, inicia un ciclo de charlas concierto sobre la historia del pop y el rock en Málaga

El guitarrista Agustín Sánchez y el cantante Javier Ojeda, ayer, en el auditorio del Museo Picasso.

El guitarrista Agustín Sánchez y el cantante Javier Ojeda, ayer, en el auditorio del Museo Picasso. / Javier Albiñana (Málaga)

Antes de que el mítico grupo Tabletom y la voz rota del carismático Rockberto exportaran su música fuera de las fronteras malagueñas, existieron Los Íberos, Los Gritos, Los Buitres y otras bandas que fueron las artífices del nacimiento del rock en la Málaga de los años 60. Y en Torremolinos estuvo el epicentro. Los hoteles, las salas de fiesta, programaban música en directo para la belle epoque del turismo de la Costa del Sol y en sus escenarios se curtieron decenas de grupos.

El cantante Javier Ojeda, que dos décadas después formaría parte de la movida con Danza Invisible, es un apasionado de la historia musical de Málaga. Ayer, en el auditorio del Museo Picasso, desgranó parte de ella gracias a una conferencia concierto promovida por la Fundación SGAE.

“Durante la pandemia contactaron conmigo los nuevos responsables de SGAE en Andalucía, Verónica Repiso y su equipo, y me propusieron realizar alguna labor docente a través de la fundación”, explicaba Ojeda poco antes del encuentro con el público. El cantante publicó en 2001 el libro Una historia del pop malagueño, 1960-2009 y este texto le ha servido de base para montar una serie de charlas divulgativas en colaboración con el Museo Picasso Málaga.

La primera, bajo el título Los años 60 y el nacimiento del rock malagueño. Torremolinos fue chic, abordó la explosión multicolor surgida en la costa desde la llegada a Málaga de la primera guitarra eléctrica hasta la fundación del club El Mañana. “El rock de Málaga no empezó en Tabletóm. Antes de Tabletom y de Danza Invisible había mucho que escuchar”, comentó Javier Ojeda.

“Hay grupos míticos de los años 60 que lamentablemente no pudieron pasar a la posteridad porque casi todo lo que interpretaban eran versiones”, explicó el cantante. Y aseguró que “en los clubes de Torremolinos no había música enlatada, no había dj, ni tocadiscos, la gente quería escuchar las canciones de los Beatles, de los Rolling Stone, de los Kinks o de los Small Faces y eran los grupos malagueños los encargados de tocárselas en directo”.

Javier Ojeda poco antes de la conferencia. Javier Ojeda poco antes de la conferencia.

Javier Ojeda poco antes de la conferencia. / Javier Albiñana (Málaga)

Según señaló Ojeda, la bonanza económica de la época gracias al despegue del sector turístico hacía que estos grupos tuvieran unos ingresos más que aceptables. “Se pagaba muy bien y muchos músicos no tenían la necesidad de componer, salvo algunas pequeñas excepciones, gloriosas todas ellas, que fueron Los Íberos y Los Gritos, que sí llegaron a publicar material propio combinado con canciones ajenas y cuyos dos discos son dos joyas del pop hispano”, dijo Ojeda.

Para el malagueño el álbum de Los Íberos “es un disco absolutamente inmaculado y el Lp de Los Gritos tiene seis o siete gemas del mejor pop español más suave”, aseguró el cantante, a quien acompañó sobre el escenario el guitarrista Agustín Sánchez. “También hubo otros y otras artistas que tuvieron que emigrar a Madrid para hacer carrera, como Pepa Flores”, añadió. A ella le dedicará la próxima conferencia, prevista el 10 de noviembre.

El líder de Danza Invisible enseñó fotografías, grabaciones antiguas, habló de los grupos pero también cantó sus canciones. “No soy un ponente, así que de lo que se trata es de compartir con la gente mis conocimientos sobre este tema, que verdaderamente me apasiona, de la manera más amena posible”, apuntaba en la prueba de sonido.

Y anunció que iba a cantar “alguna canción emblemática del rock malagueño de los años 60, contar muchas anécdotas de aquellos años heroicos, hacer muchas referencias al Torremolinos mágico y cuyo mito no para de crecer”. De hecho, agregó, “veo que la gente cada vez tiene más fascinación por esa época, incluso se exageran muchas cosas de las que ocurrían entonces”.

Adolfo Rodríguez, de Los Íberos, fue uno de los invitados al inicio de este ciclo que tiene fijadas ya dos citas pero que se podría extenderse hasta ocho. “Hay mucho material, nada más que con Danza Invisible, imagínate”, bromeaba Ojeda. Lo cierto es que en 2022 celebran una efeméride importante. La banda cumplirá 40 años de historia.

“La verdad es que este es un escenario ideal y cambiar de formato me gusta mucho, todas estas cosas me mantienen vivo como artista”, apuntó el malagueño. La iniciativa de la Fundación SGAE ha tenido tanto éxito previo que los dos encuentros programados ya tenían las entradas agotadas. Habrá que hacer más para seguir ahondando en la historia de la música más propia.

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