Castidad versus hostilidad

El jardín de los monos

Lo curioso es que esta forma de lucha de las mujeres no solo se dio en Grecia, en el siglo XXI se ha dado en numerosos países, y la huelga de sexo ha sido clave para acabar con conflictos

Un invierno perdido

El artista trapero

Teatro de Dionisos.
Teatro de Dionisos.
Juan López Cohard

07 de mayo 2023 - 07:30

Siempre supe que el “pirriaqui” fue algo muy importante para la humanidad. Fuente de inspiración y de ensoñación. Catarsis del alma. Liberación de las normas y convenciones sociales. Detonante de la exaltación de la amistad. Amor (en España) a Asturias como patria. Pero mucho de eso ya lo descubrieron los bohemios de Montmatre, aquellos artistas del XIX, entre los que se encontraba nuestro paisano Picasso, cuando buscaban a las inspiradoras musas colocándose con la absenta. Pero mucho antes, tanto como 2.500 años antes, ya lo conocían y veneraban los griegos.

En Atenas se celebraban, con cargo al presupuesto estatal, entre los meses de febrero y abril, las fiestas Dionisias en honor del dios más querido y popular entre los considerados olímpicos: Dionisos; hijo de Zeus, el dios de los dioses, y de Perséfone (la Proserpina romana), reina consorte del inframundo al casarse con su raptor Hades, y guardiana de los secretos de los muertos. Dionisos era el dios de la fertilidad y el vino. (Ya les decía yo que el “pirriaqui” fue fundamental para el crecimiento y desarrollo de la humanidad, ya que va unido, como en el dios Dionisos, a la fertilidad). Pero éste, además era la fuente de inspiración de la locura ritual o báquica y del éxtasis, origen del arte, de la literatura y especialmente de la poesía; leamos a Platón en su diálogo Fedro: “Pues aquél que sin la locura de las Musas llegue a las puertas de la poesía convencido de que por los recursos del arte habrá de ser un poeta eminente, será uno imperfecto, y su creación poética, la de un hombre cuerdo, quedará oscurecida por la de los enloquecidos”.

Para los griegos Dionisos era el patrón de la Agricultura y del Teatro. Se le vinculaba a Deméter, la “diosa madre”, diosa de la Agricultura porque un buen vino siempre ha de acompañarse de una buena comida y ésta siempre nos la proporcionará la agricultura y la ganadería. Y, ¿por qué del Teatro? Pues porque Dionisos, como dios del vino, es el representante divino de la alteridad, de la transformación en otro, de la transfiguración, y por tanto se le asociaba al Teatro. En la Grecia del s. V a.C. se consideraba el teatro como un instrumento para la reflexión sobre la sociedad, el ser humano y la ambigüedad de su condición. El teatro perseguía promover el conocimiento y la crítica de los problemas sociales y existenciales a través de los instrumentos típicamente dionisíacos y propios de la representación teatral, tales como la mimesis, las mascaras, los coros o la transfiguración del actor convertido en el escenario en otro hombre, en un hombre trágico.

En aquella Grecia en la que se desarrolló la Guerra del Peloponeso (431 a.C. – 404 a.C.), conflicto entre las polis que pertenecían a la llamada Liga de Delos, encabezada por Atenas, y la Liga del Peloponeso, encabezada por Esparta, anualmente se celebraban las fiestas dionisias con las que el pueblo esperaba ansiosamente los llamados juegos florales; era en éstos donde los dramaturgos y poetas presentaban sus obras a concurso con la esperanza de salir ganadores y entregarse al éxtasis dionisiaco.

Las fiestas comenzaban con la procesión de la imagen del dios Dionisos que desde su santuario era llevado hasta un templo en el que se le hacían los sacrificios rituales y se le cantaban himnos para después llevarlo al Teatro donde presidía las representaciones. Ese mismo día se realizaba el “proagón” o prolegómenos en los que la comunidad se reunía en el odeón, cerca del teatro, donde los dramaturgos anunciaban los títulos de las obras que se iban a representar ese año. Se aprovechaba la ocasión para hacer anuncios públicos y reconocimientos. Es curioso que el mismo Aristófanes presentase un año una comedia titulada precisamente Proagón ridiculizando los actos que allí se celebraban. Al día siguiente tenía lugar una procesión religiosa llamada pompé o “procesión solemne”, de ahí proviene nuestra palabra pompa (boato) en la que, junto a otros animales, se llevaba un toro al sacrificio. Y por la tarde, ese mismo día, se celebraban los concursos de ditirambos (composición poética, con variedad de metros, escrita en honor a Dionisos) cantados por coros de hombres y niños que terminaban en una fiesta alegre, kôsmo, que incluía danzas y vino a gogó (los griegos consideraban que la gente civilizada bebían vino, mientras que la cerveza era bebida de bárbaros, ¿sería por el barrigón que produce?). Esta fiesta es la que daba paso, en los días siguientes, a las representaciones teatrales.

Normalmente en guerra las polis, unas con otras, en esa época, se representaban durante tres días, tres tragedias por día, un drama satírico y una comedia, sin embargo si coincidían los juegos florales con una época de paz, en lugar de tres comedias se representaban en total cinco y se ampliaba en un día los juegos. Al final, un jurado cuyos miembros pertenecían a las diez tribus áticas que los elegían, otorgaban premios (al igual que se hace ahora con los Goya) a la mejor obra, al mejor actor, al mejor director y al mejor coro. La mayor parte de esos premios ha llegado hasta nosotros gracias a la obra de Aristóteles.

De la importancia que tuvo el teatro como fedatario de la realidad de la Atenas de su época, haciendo de los problemas sociales, políticos e históricos, el argumento de sus dramas y comedias, nos da cuenta una anécdota en la que Dionisio de Siracusa, tirano de la ciudad siciliana desde el año 405 a.C. hasta el 365 a.C., año en el que murió (¡ojo! No confundirlo con Dionisos el dios del “pirriaqui”, aunque quizá fuese también adicto), le pidió a Platón que le explicase la constitución ateniense. Platón se limitó a regalarle las comedias de Aristófanes. Aristófanes fue el más importante escritor en la que se ha denominado la Comedia antigua en Grecia. Su muerte en el año 386 a.C. da paso a la “Comedia nueva” cuyo máximo exponente es Menandro (342 a.C. – 291 a.C.). Son los dos únicos autores de los que nos han llegado obras completas.

En una sociedad como la griega absolutamente patriarcal y machista, en la que la mujer estaba absolutamente desfavorecida frente al hombre, Aristófanes, en el año 411 a.C., tuvo el valor de escribir y representar una obra que mostraba aquella palpable desigualdad. La obra, a la que tituló Lisístrata, que significa “la que disuelve ejércitos”, constituyó uno de los primeros actos de protesta feminista de la historia. El argumento de la obra trata de cómo la ateniense Lisístrata, junto a sus compañeras Cleonice, Mirrina y Conciliación, hartas de una guerra interminable contra Esparta y de las consecuencias sobre las vidas y las miserias que conllevaba, concibió la forma de acabar con ella a la vez que con la estupidez de los hombres, desafiando al poder establecido y defendiendo soluciones pacíficas frente a los demagogos que incitaban a la feroz y terrible guerra fratricida como fue la del Peloponeso. Lisístrata pergeñó un mecanismo que dio un resultado total y absoluto: “la huelga de piernas cruzadas”. Consiguió sacarles a todas las mujeres el juramento de no mantener relaciones sexuales con hombre alguno, ni maridos ni amantes. Así cuando los griegos regresaron a casa, después de tres meses en el campo de batalla apartados de sus esposas, se encontraron con que éstas se negaban a mantener relaciones sexuales con ellos. El éxito de la huelga no tardó en llegar y la paz fue firmada.

Lo curioso es que esta forma de lucha de las mujeres no solo se dio en la antigua Grecia y resulte ser exclusivamente el argumento de una obra de Aristófanes, sino que en nuestro siglo XXI se ha dado en numerosos países y la huelga de sexo ha sido clave para acabar con las hostilidades. Castidad versus hostilidad. En Liberia, en 2003, Leymah Gbowee y la asociación Women of Liberia Mass Action for Peace organizó una protesta no violenta que incluía una huelga sexual. Acabaron con la Segunda guerra civil y llevó al Gobierno a la primera mujer en la historia de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, que fue Premio Nobel de la Paz. En Colombia, de 2006 a 2011, se dio una huelga sexual que acabó con la guerra entre pandillas y narcos. En Kenia, en 2009, consiguieron que los políticos llegaran a acuerdos. En 2011, en Bélgica, se utilizó en política para cambiar el gobierno. Y así en Filipinas, en Togo, en Turquía, en Tokio,… Y, pregunta: ¿En España cuándo?

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