De Málaga a Brasilia, el arte del vidrio cruza el Atlántico

Conseguir el proyecto fue complicado y les llevó cerca de un año. Pero el taller artesano del vidrio Viarca, montado hace treinta años por el maestro malagueño Alberto Cascón, logró sacar adelante el reto y está a punto de culminarlo. La familia al completo, Alberto, su mujer Mayte Cuenca y sus dos hijos, David y Nacho, han trabajado durante los dos últimos meses en la creación de tres vidrieras para la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Brasilia. En unos días tendrán el trabajo ya terminado para que se pueda exportar a Brasil a principios de octubre. Aunque tienen obras suyas en Inglaterra, Portugal y Guinea Ecuatorial, ésta será la primera vez que los artesanos malagueños lleven su buen hacer al continente americano.

Diez metros cuadrados y 300 kilos miden y pesan las tres piezas en las que están trabajando. Pero no son las dimensiones lo más significativo. Es su técnica, aseguran los especialistas. "Se puede considerar vidriera porque su función es tapar el hueco de una ventana, pero no por su técnica, no están hechas como de costumbre, ni con plomo ni con cobre", explica David Cascón, artesano e hijo del maestro. "Es una obra artística en vidrio y metal", agrega. El experto comenta que se trata de dos planchar de hierro cortadas que envuelven las piezas de vidrio soplado artesanal de alta calidad. Este material ha tenido que ser importado de Inglaterra y Francia "porque en España no hay industria de vidrio soplado plano", apunta. Es un material de mayor coste por ser totalmente artesanal.

Alberto Cascón realiza el vestido de novia de la figura principal de una de las piezas, que representa las Bodas de Caná. También pinta los rostros de los personajes. "Se combina pintura al fuego con grisallas y tallado de vidrio plaqué", dice y señala que este último se trata de un cristal doble que tiene una parte transparente y otra de color para poder "atacar al color y crear efectos, superposiciones de tonalidades o zonas transparentes". Es una labor minuciosa "que podemos hacer gracias a la experiencia de mi padre atesorada en estas tres décadas", indica David Cascón. También subraya que la mayor complicación en cuanto a la fabricación de las obras han sido los cortes de alta complejidad.

Otra cosa es su transporte, bastante más dificultoso. "No puede salir del aeropuerto de Málaga porque aquí no aterriza ningún carguero con la capacidad que haría falta, ya que el vidrio tiene que viajar en vertical", cuenta David. El peso y las vibraciones del viaje añaden tensión al vidrio y podría romperse. Aún así, los moldes se guardarán en Viarca por si fuese necesario reemplazar alguna de los cristales en el lugar de destino. Una empresa importadora de Brasil es la que se encargará de realizar el traslado una vez que Viarca deje las piezas embaladas y las maderas incluso fumigadas para que puedan entrar en el país americano.

Pero esa será la última parte del proceso. La primera llegó con los bocetos de las piezas. El diseño se enmarca dentro de la "nueva estética de las iglesias, una corriente surgida hace muy poco", según afirma David Cascón. En concreto las piezas que preparan para Nuestra Señora de la Asunción son recreaciones de un diseño de Kiko Argüello, el pintor leonés iniciador del Camino Neocatecumenal, junto con la española Carmen Hernández y el sacerdote italiano Mario Pezzi. "El sacerdote de la diócesis ha sido el responsable de la elección y ha querido que su iglesia lleve esta estética", dice el artesano. Los colores que han utilizado venían determinados "y era fundamental seguir la paleta de colores que nos enviaron", detalla el artesano. Además de la pieza dedicada a las Bodas de Caná, las dos restantes están dedicadas a la palabra de Dios -se puede leer los término Verbum y a Logos, Dios como principio y fin de todo.

Estas obras son las únicas decoraciones en cristal que llevará la iglesia de nueva planta que se construye en Brasilia. Ejemplos de un oficio hecho arte respetando la tradición e incluyendo la innovación, esa que se consigue con una formación constante. Nacho Cascón, por ejemplo, ha estudiado en la Real Fábrica de Cristales de España en Segovia la ingeniería y el diseño en vidrio. Ahora lo que desean es seguir atrayendo este tipo de proyectos para llevar su trabajo, el nombre de Viarca y el de Málaga al resto del mundo.