Cultura

Málaga responde con el 'efecto Rodin' a la promoción de Córdoba para 2016

  • La ciudad de la Mezquita, considerada rival directa en la carrera hacia la Capitalidad Cultural de Europa, tiene ya perfiladas la proyección internacional de su candidatura y la composición de su consejo de sabios

Recientemente, la edición digital de Málaga hoy organizó una encuesta entre sus lectores sobre las opciones con que cuenta la localidad para hacerse con la Capitalidad Cultural de Europa en 2016. En las mismas fechas, El Día de Córdoba publicó otra encuesta realizada a personas relevantes del ámbito cultural de la ciudad de la Mezquita (gestores, artistas, músicos, actores, escritores) sobre la misma cuestión, referida a las posibilidades cordobesas. Curiosamente, las respuestas en uno y otro registro coincidían en afirmar, por una importante mayoría, que las respectivas ciudades carecen de proyectos sólidos para conseguir el ansiado mérito. Ni los malagueños confían en Málaga ni los cordobeses confían en Córdoba para 2016. Las similitudes se dan también en otros aspectos: unos y otros, al opinar respectivamente sobre Málaga y Córdoba, consideran que la vida cultural ha mejorado en los últimos años y que se ha superado un inmovilismo anterior, aunque las iniciativas puestas en marcha para la Capitalidad no son suficientes. De igual manera, puede concluirse, a tenor de las encuestas, que ni Málaga ni Córdoba prestan a sus ciudadanos una oferta cultural habitual suficiente, ni siquiera digna, para aspirar al éxito en 2016.

Las dos ciudades se enfrentan así a la desconfianza de sus poblaciones, y lo hacen con estrategias que tienen puntos comunes y también importantes divergencias. Por ejemplo, la Fundación de Córdoba para la Capitalidad es una realidad desde hace ya algunos años, pero los resultados no han sido los esperados en cuanto a la suma de apoyos sociales y económicos para el proyecto. El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, Miguel Briones, considera al respecto que la creación de una fundación tendrá sentido "a partir de 2012, cuando la Capitalidad ya haya sido designada: entonces es cuando habrá que echar mano de todos los agentes posibles". Hasta entonces, la candidatura malagueña tendrá su gran carta de presentación en un consejo de sabios que se presentará "próximamente" y del que sólo se sabe que formará parte el antiguo director de la Oficina de la Capitalidad, el catedrático Pedro Rodríguez Oliva. En este tramo, Córdoba ya ha sacado una cabeza de ventaja con la presentación de las líneas maestras de su consejo asesor, que contará con figuras internacionales con experiencia en proyectos similares del Reino Unido, Italia y Luxemburgo.

Precisamente, más que la Fundación y la explotación de sus bienes patrimoniales, la jugada maestra de Córdoba en la carrera ha sido la promoción internacional de su candidatura, con los apoyos de artistas y creadores del primer plano mundial. Y, según apuntó recientemente el responsable del proyecto, Manuel Pérez, el trabajo para la Capitalidad irá orientado este año a reforzarla: los principales eventos culturales de la ciudad, como el certamen Cosmopoética (que se ampliará además en su próxima edición), el Festival de la Guitarra, el ciclo de conciertos Eutopía y el encuentro Córdoba-Tetuán, darán a conocer sus ofertas en París, Lisboa, Luxemburgo y otras ciudades europeas, con un presupuesto de un millón de euros.

El alcance internacional de la candidatura malagueña se persigue de una manera, digamos, más solapada, pero sus alcances no se quedan atrás. El acicate definitivo tuvo lugar entre octubre y diciembre pasados con la exposición de Rodin en calle Larios organizada por la Fundación La Caixa, que contó con un ejemplar original de El pensador y supuso la primera ocasión en que el Museo Rodin de París cedía parte de sus piezas para una muestra al aire libre. El evento tuvo una repercusión inmediata en toda España y en Europa como ejemplo de acercamiento del arte a la ciudadanía. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, aseguró en la inauguración que la propuesta callejera tendría continuidad con oportunidades de igual impacto, algo que ni Briones ni él mismo han precisado después pero que se da por hecho. El efecto Rodin, en suma, parece un buen argumento para convencer.

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