Literatura

Mayte Uceda: “Sin el contacto con los lectores me resultaría difícil seguir escribiendo”

  • La autora asturiana participa hoy jueves en el ciclo ‘Diario de los libros’ y presenta su novela ‘El maestro de azúcar’ en la Delegación del Gobierno de la Junta a las 20 horas

Mayte Uceda viene a Almería este jueves para presentar su última novela.

Mayte Uceda viene a Almería este jueves para presentar su última novela.

La autora asturiana presenta hoy jueves, a las 20 horas en la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía su novela El maestro de azúcar. La actividad forma parte del ciclo Diario de los Libros que organiza Diario de Almería. La escritora será presentada por Antonio Lao, director de Diario de Almería y María del Mar Ruiz, Vicerrectora de Cultura y Sociedad de la Universidad.

-Lleva relativamente poco tiempo escribiendo y ya ha publicado su quinta novela, El maestro de azúcar.

-Sí, llevo poco tiempo escribiendo porque yo empecé ya muy tarde, con más de 40 años. Y antes no había escrito ni un relato ni otra novela. Solamente había escrito canciones, que es otra forma de contar historias, pero diferente. En 2009 empecé a escribir mi primera novela, que me llevó un par de años y ya seguí.

-¿Qué le lleva un buen día a decidirse a escribir aquella primera novela?

-Fue un poco el paisaje donde vivo. Vivo en una zona de campo y tengo la visión de una torre de estilo medieval, cerca de mi casa. Me inspiró una historia de mucha fantasía y que yo pensaba distinta a lo que se había contado hasta ahora del mito del vampiro.

-El maestro de azúcar es su última novela. El título invita a leer la obra, porque es sugerente.

-De hecho cuando descubrí la figura del maestro de azúcar, pensé que sería el título de la novela. Me pareció una profesión singular y atractiva, aparte de ser un título muy poético.

-¿Cómo surge la idea de escribir esta novela?

-La idea surge de la documentación de mi anterior novela, que también tiene un contexto histórico bastante amplio y encontré unas cartas en la documentación que manejaba, de unos emigrantes afincados en Cuba, y uno de ellos que era asturiano como yo, había escrito a su familia solicitando una esposa. Eso me llamó muchísimo la atención solicitar una esposa por correspondencia. Este joven decía que tenía un buen empleo pero se sentía muy solo. A finales del siglo XIX en Cuba había muchísimos hombres y pocas mujeres.

-¿Cuando se pone a escribir tiene clara la historia o se deja llevar?

-Me dejo llevar a la hora de escribir. En principio tenía una época y un personaje, y luego tenía que construir la otra parte, que era el norte de España y quien podría ser la esposa del maestro azucarero. Yo soy escritora de brújula, aunque he intentado ser escritora de mapa, pero no lo he conseguido.

-Aunque no es una novela histórica, se sitúa en un periodo que no era fácil en Cuba. ¿Aunque la esclavitud había sido abolida pocos años antes, en algún momento pensó situar la trama en pleno periodo de esclavitud?

-No fue la intención. El período de esclavitud fue anterior a la época que yo retrato en la novela. Aunque no es la época pura y dura de la esclavitud sigue siendo una época donde existe la esclavitud asalariada, pero realmente ninguno de estos trabajadores africanos después de tantos años siendo esclavos sabía ser libre ni tenía la posibilidad de ser libre.

-Mar, hija de un médico y Paulina, una viuda joven son las protagonistas. ¿En algún momento pensó que en vez de dos mujeres hubieran sido dos hombres?

-Tengo claro que posiblemente dos hombres me hubieran dado mucho juego en la novela. Era una época en la que el servicio militar hacía huir a muchísimos hombres de España a México, Argentina o Cuba. En esa época siempre había una guerra planeando en España, y el servicio militar podía ser un calvario de hasta doce años y muchos jóvenes se iban. De hecho, una parte final de la novela, que precisamente se quitó trataba sobre un joven que partía de Cartagena rumbo a Cuba, para sofocar ese conato de rebelión que luego acabó en la Guerra de la Independencia. Ese texto lo guardé, porque por una cuestión de extensión tuve que suprimirlo.

-Mar y Paulina se van a Cuba buscando el paraíso. Pero lo que se encuentran no es eso.

-Era lo que les habían vendido, que era la perla de las Antillas. Era el paraíso dorado, el clima tropical, todo eran cosas buenas, pero la realidad era muy distinta. Vendían el sueño del indiano, que se marchaba pobre y volvía enriquecido, pero luego había muchos que se marchaban pobres y volvían más pobres todavía. Cuando llegaban a Cuba tenían que enfrentarse a una cultura totalmente distinta. En el caso de la plantación azucarera la masa de trabajadores que había allí, al contrario de lo que se puede pensar, no era una masa homogénea de africanos, ya que procedían de distintos lugares y etnias, muchos de ellos eran rivales en sus lugares de origen y esto provocaba conflictos en las plantaciones.

-En la novela hay personajes con buen corazón, con buen fondo, pero también hay otros que son realmente malas personas.

-Sí, el bien y el mal frente a frente. Se puede ver la valentía de unos y la cobardía de otros. El bien y el mal funcionan bien en la literatura.

-El personaje de la niña Solita atrapa al lector y sé que es uno de sus personajes favoritos.

-Solita es una muleca, una niña menor de 10 años, que acompaña a Mar Altamira cuando llega a la plantación. Mar es una mujer soltera con 30 años y es Solita la que la acompaña a todos los sitios. Solita tiene la misión de cuidar a Mar. Pero muchas veces, realmente parece que es Mar la que cuida de Solita.

-En las presentaciones qué le sorprende que le dicen sus lectores.

-Los principales comentarios que me hacen tienen que ver con familiares que emigraron a Cuba. Hay mucha gente que tiene familiares que un buen día se marcharon a Cuba.

-Imagino que ya está pensando en su futura novela.

-Tengo una novela un poco avanzada, porque no hay que perder el tiempo y seguir creando historias. Mi nueva novela es más contemporánea, no me voy tan atrás, con un componente histórico importante, pero más complicado.

-Es una gran lectora y le apasiona escribir. De hecho, es muy seguidora de García Márquez. ¿Que le gusta más?

-Me gusta mucho leer y escribir. No recuerdo ningún momento de mi vida sin leer. He estado muchos años sin escribir, pero no sin leer.

-¿La literatura es su gran pasión?

-Hoy día sí, pero la música también fue mi gran pasión durante mucho tiempo. Aparte de escribir letras de canciones, también estuve un tiempo cantando con un grupo que se llamaba La Leyenda. Eran los primeros años de la década de los 90. Éramos muy amateur, pero fue una época que recuerdo muy feliz, porque hacía lo que era mi gran pasión que era la música. Componía las canciones, tocaba la guitarra y cantaba.

-¿Conoce Almería?

-Sé que estuve siendo una niña con mis padres. Será un placer volver a esa tierra tan maravillosa y conocerla mejor.

-¿El contacto con los lectores es clave para un escritor?

-Escribir es una tarea muy solitaria, encerrada en una habitación, y cuando sales y mantienes ese encuentro con los lectores es algo fundamental. Sin el contacto con los lectores me resultaría difícil seguir escribiendo.

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