Orquesta Filarmónica de Málaga

La Filarmónica reta al coronavirus y confía al público su próxima temporada

  • El primer curso con José María Moreno al frente se articula en cinco apartados y ajusta los contenidos a las distancias de seguridad, tanto entre el público como en el escenario

  • La orquesta celebrará su trigésimo aniversario el próximo mes de febrero

Presentación de la nueva temporada de la OFM, este martes, en el Ayuntamiento.

Presentación de la nueva temporada de la OFM, este martes, en el Ayuntamiento. / M. H.

Seguramente el trigésimo aniversario de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM), que se celebrará, según deja bien claro la efeméride, el próximo 14 de febrero, merecía una temporada por todo lo alto. Pero que la orquesta haya sido capaz de hacer frente a la adversidad impuesta por el coronavirus y servir en bandeja una programación con todos y cada uno de sus ciclos habituales, en todas sus sedes y adaptada plenamente a las condiciones sanitarias exigidas constituye un éxito digno de cualquier cumpleaños que se precie. Además del aniversario, la temporada 2020 / 2021 será muy especial, en todo caso, por varios motivos: será la primera con su nuevo director titular, José María Moreno, sustituto de Manuel Hernández Silva, al frente; y supondrá además la continuidad de la actividad de la orquesta en sus términos habituales desde el pasado marzo, cuando tuvo que cancelarse la pasada temporada por el estado de alarma. Pero, ante todo, será una temporada vivida a flor de piel con cada concierto asumido como una victoria. Después de la incertidumbre vivida durante los últimos meses, la OFM ha sido capaz de ajustar sus contenidos a las condiciones de seguridad que habrá que respetar en todo caso, entre el público pero muy especialmente entre los músicos, algo que afecta de lleno al diseño de cualquier programación: finalmente, dada la distancia de seguridad señalada por las instituciones sanitarias, la orquesta podrá reunir en sus ensayos a un máximo de 43 maestros (cada uno con su correspondiente mascarilla), número que podrá ampliarse en apenas dos o tres instrumentistas en los conciertos de la temporada de abono en el Teatro Cervantes. La programación, de este modo, tenía que ajustarse a esta premisa, y la orquesta ha logrado afrontar el reto con éxito en una verdadera carrera contrarreloj. De igual manera, los aforos quedarán reducidos en cada caso según las exigencias de la normativa, un obstáculo al que la OFM ya encontró la respuesta oportuna mediante un acuerdo con Canal Málaga por el que la cadena municipal de televisión emitirá todos los conciertos de la temporada de abono, lo que de paso resultará providencial para la entrada en juego de nuevos públicos. El mismo José María Moreno presentó los contenidos de la temporada este martes en compañía del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; la concejal de Cultura, Noelia Losada; la secretaria general de Innovación Cultural y Museos de la Junta de Andalucía, Mar Sánchez Estrella y el gerente de la OFM, Juan Carlos Ramírez. Y ya la presentación permitió aventurar las emociones que corresponderá vivir en el desarrollo del próximo curso. 

Afirmó Moreno que el principal estímulo a la hora de sacar adelante la programación ha sido el público, "que en las actividades que hemos desarrollado en las últimas semanas, como el ciclo celebrado en el Museo Picasso y la gala lírica celebrada en los jardines de La Térmica, ha demostrado que tiene ganas de música y que apoya a su orquesta en todo momento". En este sentido, José María Moreno afronta otro reto particular: la dirección artística de la orquesta que más abonados cuenta en toda Andalucía (más de novecientos) y que seguramente más apoyo social ha recabado en los últimos años, muy a pesar de la ausencia de un equipamiento esencial como el Auditorio y de que la inversión presupuestaria por parte de las instituciones que conforman el consorcio no ha sido siempre la más justa y necesaria. El objetivo ahora es que el público supere sus recelos y que ese fundamento social continúe e incluso crezca muy a pesar de las limitaciones impuestas por la epidemia, algo que Moreno espera conseguir de la mano de la orquesta "con absoluta confianza". También tuvo en su intervención el director palabras para los maestros de la OFM, con quienes se encontró por primera vez en condición de titular (ya había actuado como director invitado en anteriores ocasiones) el pasado 22 de junio, en el Auditorio Edgar Neville, para una grabación de la Quinta sinfonía de Mahler que pronto saldrá a la venta en formato discográfico: "Para aquella grabación decidimos ser atrevidos y convocamos a toda la orquesta, al completo, respetando siempre de manera escrupulosa las normas de seguridad. Y me encontré con el apoyo absoluto y decidido de toda la orquesta. El empeño en sacar la temporada adelante es unánime".

En cuanto a la programación, los contenidos se distribuyen en cinco ejes esenciales y ya conocidos por el público: la temporada de abono en el Teatro Cervantes, el Ciclo La Filarmónica frente al mar en La Térmica, el Ciclo de Cámara en el Museo Picasso, el programa propio de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía en su quinta promoción y el Ciclo de las Mañanas del Museo de Málaga. A todo esto se unen varios conciertos extraordinarios, como los que tendrán lugar en el Teatro del Soho Caixabank, que se presentarán próximamente; y la participación de la OFM en la temporada lírica del Teatro Cervantes y el Teatro Villamarta de Jerez, hasta superar las setenta actuaciones.

El primer concierto de la temporada de abono incluirá la obra con la que la OFM hizo su presentación en febrero de 1991: la 'Sinfonía Fantástica' de Berlioz

En cuanto a la temporada de abono, el primer concierto (17 y18 de septiembre) incluirá de manera significativa la Sinfonía Fantástica de Berlioz, la misma partitura con la que la Filarmónica celebró su presentación en febrero de 1991. Este primer programa contará con la participación del sevillano Juan Pérez Floristán, uno de los pianistas españoles de mayor proyección de su generación, que abrirá una nómina de solistas que también incluye a la clarinetista Sabine Meyer, el guitarrista José María Gallardo del Rey, la violonchelista Tilman Mahrenholz (a la sazón solista de la OFM), la flautista Pilar Constancio, los también pianistas Ryutaro Suzuki y Nikolai Demidenko y la violinista Leticia Moreno, entre otros. En la parte vocal, el cartel cuenta con el Coro de la Ópera de Málaga dirigido por Salvador Vázquez, la Coral Cármina Nova dirigida por Michele Paccagnella, la cantaora Rocio Bazán, las sopranos Raquel Lojendio, Mónica Campaña, las mezzosopranos Marina Pinchuk y Cristina Faus, los tenores Luis Pacetti, Eduardo Aladrén y José Manuel Sánchez entre otros destacados intérpretes. Charles Olivieri-Munroe, Christoph Köning, Nicholas Milton, Anna Rakitina, José Serebrier, Manuel Hernández Silva y el malagueño Arturo Díez Boscovich completan la lista de directores invitados.

Apuntaba José María Moreno a una "diversidad estilística" en la programación, en la que figuran obras de compositores como Haendel, Mozart, Haydn, Beethoven, Tchaikovsky, Berlioz, Dvorak, Grieg, Bruckner, Men­delssohn, Puccini, Schubert, Smetana, Shostakóvich y Brahms, junto a autores del siglo XX como Jenkins y Nielsen y compositores españoles como Falla, Marqués, Bretón, Rodrigo o García Abril. En realidad, cabe señalar que, sin que desmerezca esta variedad, la OFM pisa sobre seguro a la hora de conformar su repertorio. Pero nunca en su historia había tocado situarse radicalmente del lado del público. Corresponderá celebrar, dentro de un año, que fue posible. Con toda la confianza.

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