Cine

Soderbergh presenta en Madrid la "intensidad" de 'El Argentino'

  • La primera parte de su díptico sobre el Ché, encarnado por Benicio del Toro, se estrena este viernes en España.

Steven Soderbergh huyó desde el principio de las "escenas típicas explicando el porqué de las cosas" en El Argentino, la primera parte de su obra sobre el revolucionario Ernesto Ché Guevara, de la que aún "no puede hablar objetivamente porque la experiencia ha sido demasiado intensa".

Tras siete años de investigación para explorar con detalle la vida de este mito y un rodaje en Puerto Rico y Nueva York, entre otras localizaciones, la película se estrena este viernes en España con el actor y también productor Benicio del Toro, quien obtuvo el premio a la mejor interpretación masculina en el Festival de Cannes por este papel.

"Lo que ocurra en España el viernes va a ser muy importante, porque es el primer lugar donde se va a ver la película. Si no hay apoyo de la crítica se quedará sin público, y entonces será completamente imposible para otra persona que venga detrás mío hacer una película de este tipo", ha advertido el director en la presentación del filme, en la que ha alabado el trabajo del compositor español Alberto Iglesias en la banda sonora.

El responsable de cintas como Traffic -también protagonizada por Benicio del Toro y que le valió el Oscar de Hollywood al Mejor Director- u Ocean's Eleven ha dividido la historia en dos partes: la primera, El Argentino, desarrolla la campaña revolucionaria en Cuba, a partir del encuentro en México del Ché y Fidel Castro; la segunda, Guerrilla, que se estrenará en unos meses, se desarrolla en Bolivia, donde el protagonista encontró la muerte.

"Sé que es mucho pedir que la gente vaya a ver una película de cuatro horas y media. Lo hemos discutido con los distribuidores de cada país, pero todos han coincidido en que era demasiado", ha reconocido Soderbergh en torno a la decisión de distanciar las dos partes. El director, no obstante, se ha congratulado de que en Estados Unidos, y durante la primera semana de exhibición en cada ciudad, se podrán ver de manera conjunta.

Se trata de dos filmes muy distintos, porque "las dos historias representan dos campañas completamente diferentes. Tienen una energía y un impulso diferente", ha puntualizado el realizador, quien trabajó por "exclusión" para perfilar bien el guión.

Pero de lo que apenas prescindió fue del material del rodaje en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, hace dos años y medio, antes de que el edificio fuera reformado.

"Durante la investigación descubrí que el Ché había intervenido en la ONU -recuerda Soderbergh-. Leí el discurso y tuve clarísimo que quería documentarlo. El rodaje fue muy muy difícil, porque tardaron nueve meses en darnos el permiso, con el problema añadido de que en la fachada habían añadido cosas desde el 11-S, que pedimos que quitaran. Tenía la sensación de que era algo muy importante y servía para enmarcar y contextualizar las ideas del Ché".

También quiso que fuera una película en español, cuestión que no ayudó a encontrar financiación en Estados Unidos, al igual que su contenido.

"No creo que me cause problemas el contenido político de la película -declara-. Además del hecho de estar rodada en español, el contenido sí que era una preocupación y nos decían que podía generar alguna controversia indeseada; pero yo creo que como ejercicio capitalista, la película encontrará su público; hay mucha gente que tiene curiosidad sobre la imagen del Ché que han visto durante toda su vida, especialmente los jóvenes".

Sobre la situación actual en Cuba, Soderbergh opina que es una "pregunta imposible de responder" y así lo argumenta: "en 50 ó 100 años, Cuba puede ser tan diferente que lo que hicieron Ché y Fidel nos parezca irrelevante. Además, es una historia que todavía se está escribiendo y como artista no sé como interpretarlo, por eso no está en la película".

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