Tatiana Hernández | Diseñadora de vestuario y Premio Ricardo Franco del Festival de Málaga

“Me he tirado a la piscina con cada reto y me he dejado la piel para salir”

  • El Festival de Málaga reconoce con el premio Ricardo Franco la amplia trayectoria de la canaria, que en 2010 ganó un Goya por ‘Lope’

Tatiana Hernández en la terraza del hotel AC Málaga Palacio.

Tatiana Hernández en la terraza del hotel AC Málaga Palacio. / Álvaro Cabrera (Málaga)

–¿Qué tiene que tener un proyecto para que encandile a un diseñador de vestuario?

–Yo creo que tiene que tener una buena historia, que te entiendas con el director y que tengas el presupuesto y las herramientas para poder llevarlo a cabo.

–¿Se pide que se haga magia con poco presupuesto?

–Eso ocurre en todos los trabajos, todos queremos más. Es más fácil trabajar con dinero que sin él, con tiempo que sin tiempo, con recursos que sin recursos. Además, como la imaginación es como es, nunca vas a tener ni todos los recursos ni todo el tiempo, esto es como un cuadro, hasta que no llega el día del rodaje puedes seguirle dando vueltas a las cosas hasta el infinito, lo bueno es que hay que cumplir un plazo, aunque eso te limite.

–¿En qué reside un trabajo bien hecho en su área?

–Cuando, con el tiempo y las circunstancias que hemos tenido el resultado final, no solo está en su sitio, sino que además aporta. Para mí un trabajo bien hecho es el que aporta algo nuevo dentro de la estética general, que es rompedor en algún sentido, y que además esté contando lo que tiene que contar, que no abrume a la historia, que cuando tenga que contar algo lo haga y cuando no esté un paso atrás, comedido. Encontrar la medida de dónde tiene que estar el vestuario en cada una de las historias que te ofrecen es la clave.

–¿A qué ayuda el vestuario, a dar credibilidad, a imaginar mundos diferentes?

–El vestuario tiene que envolver la atmósfera que se haya creado para esa película y, además, aportar a cada uno de los actores la herramienta que necesitan para crear sus personajes. Lo global y lo particular tienen que casar para que funcione el mundo que estamos creando para esa película.

–¿Qué le gusta más viajar al pasado o poder dar un salto al futuro?

–Me gustaría mucho ir al futuro, claro, aunque me da mucho respeto también, me parece que ya se han hecho cosas súper interesantes. Me encantaría hacer algo futurista o fantástico. Por la libertad que me daría y porque lo he hecho menos y me gustan los retos.

–¿Se trabaja de forma diferente con cada realizador?

–Sí. Hay unos patrones estándares, hay pautas que no se pueden obviar pero cada director es un mundo y cada proyecto es distinto. Siempre enfrento los proyectos de manera diferente e intento que cada uno sea nuevo.

–Unos dejarán más hacer que otros...

–Todos te dejan aportar y tan bueno y tan malo es uno como lo otro. Hay veces que es súper bueno que te dejen hacer y no se inmiscuyan y otras veces es un horror porque tú lo creas todo y no es exactamente lo que les gusta. Todo tiene que tener su equilibrio. Te tienes que ir metiendo en la cabeza del director o la directora e ir viendo lo que quieren contar y cómo lo quieren contar.

La diseñadora de vestuario horas antes de la gala de entrega del galardón. La diseñadora de vestuario horas antes de la gala de entrega del galardón.

La diseñadora de vestuario horas antes de la gala de entrega del galardón. / Álvaro Cabrera (Málaga)

–¿Qué supuso para usted una película como Lope, con la que ganó el Goya a mejor vestuario?

–Pues un paso muy grande en mi carrera, un proyecto muy potente y realmente cuando me lo ofrecieron no sabía si estaba preparada para hacer un proyecto tan grande. También me pasó en Mortadelo y Filemón y La verdad secreta de las palabras de Coixet. Me he ido tragando lo que me venía porque no podía decir que no. Siempre he aceptado los retos, me he tirado a la piscina y uno no se plantea si va a meter la pata hasta el fondo. Siempre me he dejado la piel para salir adelante y tragarme esa presión para sentirme capaz y transmitirlo a mi equipo.

–¿Qué supone este premio Ricardo Franco del Festival de Málaga para usted?

–Me parece increíble que me hayan otorgado este premio, que está dedicado a la trayectoria de los profesionales que normalmente no estamos ahí delante. Con tantos buenos profesionales como hay, ni me lo creo. Recibir el Ricardo Franco en el Festival de Málaga, con el prestigio que tiene y en las circunstancias en las que estamos, es una muy buena noticia. Estoy muy agradecida a Málaga y al festival por pensar que me lo merezco y darme la oportunidad de agradecer a tantos compañeros que han confiado en mí, directores y productores, y a mi familia a la que le debo tanto.

–Supongo que no es especialmente fácil conciliar en este trabajo...

–Parte de este reconocimiento es suyo. Mis padres han luchado por mí, mi marido, mi hermana, mis hijas, me paso todo el día apoyándome en ellos para poder hacer este trabajo, a veces es muy complicada la logística.

–¿Cómo ve la salud del cine ahora mismo?

–Se ha consumido durante la pandemia muchísimos contenidos y estamos faltos de contenidos. Somos un bien de primera necesidad para mantenernos en casa, que estemos tranquilos, que podamos soñar con otros mundos y otras realidades que no sean la que nos viene ahora mismo, que también es muy incierta. Para rebajar un poco esa ansiedad espero que pronto los rodajes se puedan volver a normalizar y los trabajos se retomen.

–¿El Festival de Málaga es prueba de que es posible?

–Sí, claro, el Festival se está llevando a cabo, ya estamos volviendo a las salas de cine y tenemos que seguir disfrutando de los contenidos tanto en casa como en las salas, con restricciones y las medidas de seguridad oportunas, pero hay que volver. Yo soy positiva y pienso que vamos a salir de esta. Para que sea que no ya vendrá la realidad a contárnoslo.

–¿Las series aportan también mucha vida a su trabajo?

–Pues sí. Acabo de terminar una serie sobre la novela Dime quien soy de Julia Navarro y que la terminamos a finales de enero. Se estrena en otoño y espero que sea un gran éxito. Fue un proyecto muy bonito y muy complicado. Después de un año completo trabajando sin parar empecé otro proyecto y llegó el confinamiento. Se ha aplazado al año que viene y no sé si por fechas lo vamos a poder cuadrar.

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