The Chieftains en Málaga

Irlanda acaba en La Malagueta

  • Con el incombustible Paddy Moloney al frente, The Chieftains prodigaron este jueves una inversión proverbial de los polos y llenaron de norte el Teatro Cervantes

Paddy Moloney, a la derecha, durante el concierto de The Chieftains, este jueves en el Teatro Cervantes.

Paddy Moloney, a la derecha, durante el concierto de The Chieftains, este jueves en el Teatro Cervantes. / Javier Albiñana (Málaga)

Que sí. Bastó que Paddy Moloney entonara con su whistle el himno Women of Ireland para que se produjera el milagro: The Chieftains prodigaron su inversión de los polos y Málaga fue durante cerca de dos horas una ciudad del norte, sumida en la niebla, con sus colinas frondosas y sus calzadas de gigantes. De hecho, el concierto que el legendario grupo protagonizó este jueves en el Teatro Cervantes, dentro del Terral, contó en el aforo, al que le faltó poco para quedar completo, con gran parte de la población irlandesa que habita en la Costa del Sol. Y es que si Irlanda es una cuestión de diáspora, toda una institución de la historia de la música como Moloney pertenece por derecho a todo el mundo. Que la actuación iba a ser una fiesta por todo lo alto ya lo sabíamos de antemano, pero siempre resulta reconfortante alimentar la nostalgia que alimenta el sueño de ser de otra parte, de otro hemisferio, de las tierras ignotas que se extienden más allá de la Hiperbórea.

Los bailes tradicionales irlandeses no podían faltar, así que no faltaron. Los bailes tradicionales irlandeses no podían faltar, así que no faltaron.

Los bailes tradicionales irlandeses no podían faltar, así que no faltaron. / Javier Albiñana (Málaga)

Cual Piyayo élfico metido a maestro de ceremonias, entre soplo de gaita y de whistle, fue Paddy Moloney anunciando sorpresas. Las hubo a raudales, sobre todo porque no paró de salir gente a cantar, bailar y tocar más gaitas y lo que hubiera a mano. Bien afirmada, la actual formación de The Chieftains, en la que confluyen al menos tres generaciones, fue calibrando, del bodhran al fiddle pasando por el arpa y la guitarra, un repertorio donde no faltó casi nada. Hubo ocasión de rendirse a la melancolía con Foggy June y al compás frenético con Cotton Eye Joe, pero cundieron, claro, las invitaciones a la cerveza y a la navegación. El exilio gallego (si es cierto que hay gallegos en la Luna, los dublineses deben andar ya por Neptuno; pero, por si acaso, Moloney presumió, vídeo mediante, de que sus whistles han sonado en la Estación Espacial Internacional) prendió, claro, con A Rianxeira, rebautizada aquí como Guadalupe. Los corazoncitos escoceses tuvieron también su consuelo, pero, para no escatimar, The Chieftains sacaron un coro para cantar Shenandoah y una banda de gaiteros para evocar aquel San Patricio armado junto a Ry Cooder por la vía fronteriza del lado mexicano. Tuvimos el reel de turno para acabar, o casi, tras los solos. Moloney excusó a Van Morrison. No hizo falta.

Faltó una panda de verdiales para ver cómo se defiende Moloney por Almogía

Pero el concierto significó, también, una oportunidad perdida. Para la próxima actuación de The Chieftains en Málaga, el Ayuntamiento debería aprovechar y organizar un encuentro fraternal con una panda de verdiales, a ver cómo se defiende Paddy Moloney por Almogía. Para quien quiera vino, vino; y para quien quiera Guinnes, Guinnes. Habrá para todos

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios