Tino di Geraldo | Músico

“La vulgaridad es el abono del genio”

  • El trío formado por Jorge Pardo, Carles Benavent y Tino di Geraldo, emblema del jazz flamenco, ofrece su primer concierto post confinamiento este sábado en el Castillo de Gibralfaro

Jorge Pardo, Carles Benavent y Tino di Geraldo, en acción.

Jorge Pardo, Carles Benavent y Tino di Geraldo, en acción. / M. H.

El regreso de Jorge Pardo (saxo y flauta), Carles Benavent (bajo) y Tino di Geraldo (batería) al estudio el año pasado, una década después del último envite, con la aparición del álbum Flamenco Leaks como resultado, fue celebrado como un verdadero acontecimiento en la música española por cuanto devolvía a la actualidad al emblema del jazz flamenco. El plan pasaba, en consecuencia, por una nutrida agenda de conciertos que la epidemia del coronavirus echó tristemente por tierra poco después. Ahora, sin embargo, la ciudad escogida para empezar a salir del bache es Málaga: el trío, nacido como formación desgajada del sexteto con el que Paco de Lucía puso el flamenco patas arriba a finales de los 70, ofrecerá mañana sábado en el Castillo de Gibralfaro, dentro del ciclo Noches de Gibralfaro, su primer concierto post confinamiento. Y, tal y como advierte a este periódico Di Geraldo, los tres vienen con ganas: “No veíamos la hora de coger los instrumentos y volver a tocar juntos”.

El concierto, tal y como estaba previsto antes del desastre, tendrá a Flamenco Leaks como eje central del repertorio, lo que Tino di Geraldo (Toulouse, 1960) señala como una novedad en la trayectoria del trío: “En realidad sólo hemos grabado tres discos en veinte años, y el primer además fue en directo. Pero, en cualquier caso, en los conciertos de presentación de los anteriores tirábamos mucho del repertorio previo, de lo que entendíamos que la gente quería escuchar. Este disco, sin embargo, funciona muy bien así, como una unidad íntegra. Y además, claro, disfrutamos como locos tocándolo en directo”. Esta diferencia puede tener que ver, admite el percusionista, con el procedimiento seguido para su concepción: “Con el disco anterior, cada uno compuso un par de temas en su casa, por separado, y luego lo pusimos todo en común. Para hacer Flamenco Leaks, sin embargo, nos metimos los tres juntos en el estudio, en Asturias, sin una sola idea previa. Nos pusimos a tocar y terminamos con cuatro o cinco horas de material, del que escogimos lo que habría de quedar en el disco. Fue todo muy natural, muy placentero. Si no lo hubiéramos hecho así, no habríamos grabado nada”.

"No contemplamos un cambio de sonido. Con todo el respeto, nosotros estamos antes que la música"

Preguntado por una posible renovación del sonido marca de la casa que hace ya décadas acuñaron Pardo, Benavent y Di Geraldo, el músico se muestra prudente: “Ten en cuenta que nosotros estuvimos en el principio de todo esto, de la fusión del jazz y el flamenco. Y desde entonces hemos venido haciendo lo que hacemos. Así que no creo que fuese una buena idea empezar ahora a hacer otra cosa. Con todo el respeto, antes que la música estamos nosotros. La gente viene a vernos porque sabe qué es lo que va a encontrar, porque le gusta lo que hacemos, y lo que nos corresponde a nosotros es darle al público justamente eso. Evidentemente, claro, cuando compones intentas no decir cosas que musicalmente hayas dicho antes. Pero, aparte de esto, no hay motivos para un cambio de dirección”. En cuanto a las etiquetas flamenco jazz y fusión que habitualmente se adjudican al grupo, Tino di Geraldo opta por el pragmatismo: “Al final, no hay más remedio que plegarse a las etiquetas. Aunque también es cierto que cumplen su función. Si alguien me preguntara ahora qué música hacemos, pues sí, le respondería que tocamos flamenco jazz o jazz flamenco. Aunque lo cierto es que no hacemos ni flamenco ni jazz. A menudo se refieren a nosotros como un grupo de flamenco, pero salta a la vista que no somos exactamente eso, aunque el flamenco forme parte de lo que hacemos. Supongo que estamos lo más cerca posible de una búsqueda, de una fusión”.

El músico, a la batería. El músico, a la batería.

El músico, a la batería. / RTVE

No obstante, tanto en su faceta de instrumentista como en la de productor, Tino di Geraldo ha trabajado con todos (todos) los grandes nombres del flamenco del último medio siglo. E, igualmente, sus proyectos en solitario están por lo general más arrimados al flamenco que a cualquier otro género, lo que delata, al cabo, una querencia personal. De este modo, el percusionista es tanto un agente clave como un testigo privilegiado de la evolución del flamenco y, por tanto, una autoridad competente a la hora de reflexionar sobre el futuro del mismo: “El flamenco siempre va a estar ahí. Yo no veo ningún riesgo de que desaparezca. Otra cosa es que empiece a estar muy de moda y que algunos vean esto como un peligro. Pero mi visión es distinta. Hace no muchos años, a los músicos de rock con los que trabajaba les parecía un misterio que yo hiciera flamenco, no dejaban de preguntarme que por qué me metía en eso. Ahora, muchos de aquellos músicos me llaman para decirme con mucho orgullo que en su nuevo disco han metido un tango o una bulería. Cada vez más gente de fuera del flamenco acude al género a buscar cosas, y del mismo modo cada vez más flamencos buscan otras cosas para incorporarlas. ¿Que si hay un riesgo? Bueno, muchas de las cosas que salen de ahí son vulgares. Se acercan al reguetón, incluso, yo qué sé. Pero no hay que tener miedo a lo vulgar, porque tarde o temprano saldrá de ahí algo que merezca la pena. Hace falta vulgaridad para que aparezcan obras maestras. La vulgaridad es el abono de la genialidad”.

Además del jazz y el flamenco, Tino di Geraldo ha cultivado el rock con no menos éxito. Su aportación ha resultado decisiva para artistas como Golpes Bajos y Luz Casal (también para cantautores como Luis Eduardo Aute y Pedro Guerra) y continúa siendo un músico ampliamente reclamado en estas lides, lo que da buena cuenta de su versatilidad: “Es que me gusta prácticamente cualquier estilo de música. Cuando llegué a Madrid lo primero que hice fue tocar en un grupo punk, pero el jazz rock me gustaba ya mucho entonces. No me gusta todo lo que se hace en todos los géneros, pero sí hay cosas que me gustan de todos ellos”. En cuanto a la presunta facilidad que entraña para los baterías tocar rock con respecto al flamenco o el jazz, cuya elaboración rítmica es mucho más compleja, Di Geraldo descarta este criterio: “Hay baterías de jazz que se aburren cuando se ponen a tocar rock. No es mi caso. Lo que pasa es que tienes que saber dónde estás en cada momento. Si cuando toco con Luz Casal, por ejemplo, me liara a hacer breaks a cada rato, pues no duraría ni dos días, me echarían enseguida. Pero es que el rock y el jazz exigen disposiciones distintas, son dos maneras diferentes de concebir la música. A mí, ya te digo, me gusta todo. Disfruto en un momento dado con el matiz, pero también me lo paso en grande dando caña. Supongo que lo más me gusta es cambiar, hacer una cosa y luego otra. Si pasara un año entero tocando jazz, lo más probable es que acabara harto y no quisiera ni oír hablar de él por un tiempo. Y mira que me gusta”.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios