Cultura

Tomatito: "Una máquina no puede igualar a los maestros del flamenco; si no hubieran existido, ¿en qué se basarían?"

Tomatito en una imagen promocional.

Tomatito en una imagen promocional. / Olga Holguín (Málaga)

José Fernández Torres, más conocido entre los mortales como Tomatito, vuelve a Málaga, la ciudad que lo vio dar sus primeros punteos, para subirse a las tablas del Teatro del Soho Caixabank. Será el próximo 10 de febrero. Mientas tanto, el artista almeriense deja descansar sus dedos por unos minutos y se sumerge en una conversación que glosa, como no podría ser de otra manera, sobre su motor a la hora de afrontar la vida: el flamenco

Su carrera arrancó en Málaga. Pasó de tocar en una taberna para unos cuantos a hacerlo para miles de la mano de Camarón. ¿Le trae recuerdos volver a tocar en la ciudad? 

Muchos. Me he criado aquí. Cada vez que vuelvo... Tengo recuerdos maravillosos de cuando era niño. 

Se habla mucho de los puristas del flamenco, sin embargo, lo cierto es que cada vez abundan más aquellos que apuestan por la fusión. ¿Usted qué piensa de este debate? 

Creo que entre los dos se forma la música. En todos los géneros se generan este tipo de debates. El flamenco es fruto de una fusión continua en la que lo que vale se queda y lo que no desaparece después de un tiempo porque sólo era una moda. Por ahí va la cosa. 

O sea, que mejor no buscarle los tres pies al gato y disfrutar, ¿no?

Eso es. Es que al final nada se mantiene tal cual para siempre. Paco de Lucía introdujo el cajón, que ahora llamamos cajón flamenco. Y de eso nada. El cajón es peruano. Él lo incluyó, fue bueno y se quedó. Aportó bastante. Antes se usaba el bongó y las palmas como mucho. 

¿Ha cambiado mucho este mundillo desde que empezó?

Claro. Yo aprendí en el barrio de la Pescadería-La Chanca, en la calle, con mis primos. Luego me fui a vivir a Málaga, donde se hacían fiestas. Empecé a ir a sitios como la peña Juan Breva. Hoy ese aprendizaje ya no está en los barrios. Hay otro. Te pones un vídeo en YouTube y aprendes. Las cosas son así. 

La guitarra flamenca es muy demandada en los conservatorios. ¿Qué espera de esta nueva generación de tocaores que dominan el apartado técnico a la perfección?

Paco lo decía: la técnica tiene que estar al servicio de la música, no la música al servicio de la técnica. Hay que tenerla, es muy importante, pero no es lo único. Hay que ser capaz de hacer melodías bonitas, con corazón, y eso no lo hacen las manos. Yo voy tocando flamenco por los festivales de jazz y la gente lo asume. Para eso hay que tener técnica, sí, y también sentimiento; si no el edificio se nos cae. Para aprender lo que se tiene que hacer es escuchar flamenco antiguo, nuestras raíces, y luego intentar recrear lo creado. Que es lo que hacían Camarón, Enrique Morente o el propio Paco de Lucía

La cuestión es… ¿Se aprende alguna vez a tocar la guitarra?

No. La guitarra es infinita, no tiene fin. No se aprende nunca. 

Suele decir que su carrera como solista es “un accidente”. ¿Lo sigue sintiendo así después de tantos años y reconocimientos? 

Sí. Di ese paso después de la desgracia de que muriera Camarón, pobrecito, tan joven. Hacerme solista era algo que no venía para mí. Lo que pasa es que con el tiempo la vida me ha llevado por ese camino. He tenido la suerte de que me traten bien. Luego yo hago mis discos solo, me preocupo de las cosas... 

Dicen que la Inteligencia Artificial todo lo puede. ¿Piensa que una máquina puede llegar a igualar a los grandes maestros? 

Yo creo que no. La prueba está en que si no existiesen los grandes maestros la máquina no funcionaría (ríe). Entonces, ¿cómo le ponemos al niño? Vamos a darle el honor y el premio al maestro, no a la máquina. Que puede ayudar y recordar, vale, pero si no existiera el maestro... ¿en quién se iba a basar?

Ha girado por medio mundo. De Moscú a Nueva York pasando por Abu Dhabi. ¿Demuestra esto que el flamenco es un idioma universal?

Sí señor. La prueba es que los grandes músicos del mundo, cuando vienen a España, lo que quieren explorar es el flamenco. Yo no he visto que se inspiren en otra cosa que sea propia de aquí. 

Pero al final parece que todos los caminos llevan a Málaga.

Estoy contentísimo con Málaga. Cuando voy estoy en mi casa. He vivido muchos años allí. Tengo muchos amigos. Incluso hermanos que son malagueños porque nacieron en ella. Fíjate. 

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