Seguramente, para cualquier ser humano nacido sobre la faz de la Tierra, la posibilidad de participar en un rodaje de Indiana Jones constituiría algo así como una cima de sueños cumplidos. Pero, a la hora de la verdad, hay que prestar atención a los momentos en los que al más pintado le hacen los ojos chiribitas por encima de la mascarilla, porque ahí las razones pueden ser bien distintas. Pocos días después de confirmarse su participación en el rodaje de la quinta entrega de la saga, Antonio Banderas compareció este miércoles por sorpresa en su malagueño Teatro del Soho, en un ensayo de su Orquesta Sinfónica Pop previo al concierto que ofrecerá la formación este sábado en el Festival Starlite de Marbella. Lo hizo sin que ni siquiera los responsables del teatro tuvieran confirmada su presencia, recién llegado de otro rodaje en Grecia, el de la película de gánsters The Enforcer, que calificó de "duro y difícil, con mucho calor y muchos horarios nocturnos, pero muy satisfactorio". Pero pasó por alto todo lo relativo a Indiana Jones (en virtud, también, del absoluto secreto que envuelve al rodaje del filme, al que el malagueño se incorporará próximamente) para prestar toda su atención a la niña de sus ojos: Banderas se situó frente a los músicos de la Sinfónica Pop y a su director titular, Arturo Díez Boscovich, para dejar a las claras su absoluto compromiso con la orquesta. Con permiso de Indiana Jones, y sin dudas respecto a la ilusión con la que seguro afronta este rodaje, no hay que ser muy espabilado para comprobar que Antonio Banderas tiene su amor puesto en su teatro y su orquesta. Es ahí, en las tablas, donde se le ve, todavía, disfrutar como un niño.

Antonio Banderas y Arturo Díez Boscovich, este miércoles, en el ensayo.

Banderas quiso hacer destacar con su presencia la oportunidad que entraña un escaparate como Starlite para la Sinfónica Pop del Soho apenas cuatro meses después de su presentación. La orquesta defenderá en Marbella el repertorio Notas de Cine, que ya estrenó en el mismo Teatro del Soho con una abultada revisión de inolvidables bandas sonoras de la gran pantalla; y lo hará con el mismo Banderas en el escenario, ya que el actor ejercerá de maestro de ceremonias mediante la presentación de algunos temas e, incluso, en una posibilidad aún no confirmada, se reserva la opción de entonar una de las canciones integradas en el repertorio. La ilusión que mostraba a su lado Arturo Díez Boscovich no era menor: el director subrayó que, por más que levantar una orquesta de medio centenar de músicos en tiempo récord parezca una locura, "con Antonio Banderas todo se hace muy fácil. El empeño que muestra en cada paso y la manera en que logra implicar a todo el mundo es asombrosa".

El actor sigue el ensayo en el patio de butacas.

Respecto a la orquesta, ya en la presentación de la misma había recordado Banderas que la misma se inscribe en su reivindicación a ultranza de la música en directo ("No habrá ni una sola nota pregrabada en nuestros proyectos", afirmó entonces) y que la Sinfónica Pop contará con su propia programación en el Teatro del Soho en sus correspondientes temporadas. Así, el actor mantiene su intención de organizar conciertos sinfónicos con repertorios extraídos de grandes musicales de forma paralela a las funciones de Company, el musical de Stephen Sondheim cuyo estreno en el mismo Teatro del Soho, y con Banderas como protagonista, está previsto para el próximo noviembre. Esta historia de ilusión tiene, por tanto, su próximo capítulo en Starlite. Con la magia musical del cine como feliz argumento.