Cultura

Nuestro gozo en el pozo

Si el miércoles degustamos al Bach instrumental, el último concierto dentro del IV Festival de Música Antigua de Málaga fue el turno de recrearnos en su concepción musical-religiosa. Aunque eso de recrearnos, suena a ironía en relación a la actuación del viernes y con razón.

Comenzó el concierto con el Oratorio de la Ascensión BWV 11 a modo de preludio. Fue un primer acercamiento a la fulgurante voz de David Sagastume que ya comenzó a relucir en el aria Ach, bleibe doch. No fue éste el caso de Jordi Casanova en donde sus más que ajustados agudos ofrecieron un poco eficiente Sier aber beteten y un deslucido Und da sie en conjunción de Pau Bordas de voz más compacta. El Magnificat en re mayor BWV 243 del compositor alemán fue la pieza más esperada. Ceccato optó por las versiones más próximas al sinfonismo tradicional alejándose de las galopantes versiones historicistas de Koopman y Gardiner.

"Nuestro gozo en el pozo" decía Pleberio en su monólogo de La Celestina y las mentes de los melómanos asistentes que constataron las desigualdades vocales de los solistas defraudando así sus expectativas sobre el concierto.

Tras una gran entrada del coro en el Magnificat donde se constata la gran labor de Lluis Villamajó en la correcta dicción y claridad expresiva de sus cantores, se dio paso a las intervenciones de Magdalena Padilla. Si bien su Et exultavit spiritus meus vislumbró una buena traducción historicista de la pieza, su respiración algo ajustada en combinación con su escasa potencia en los medios hizo que no luciese todo lo deseable y que, incluso, no se llegase a escuchar en toda su plenitud.

Bordas sí despuntó con su Quia fecit mihi magna donde su correcta y enfatizada dicción ayudó a sobrellevar el tempo al gusto Harnoncourt que marcó Ceccato bajo un acompañamiento brillante por parte del continuo. En el caso de Sagastume, el solista vasco volvió a triunfar en Esurientes implevit bonis por su fraseo contenido y expresividad en combinación con los dos excelentes flautistas de nuestra orquesta.

Sin embargo, no fue un buen día para Casanova empobreciendo el dúo Et misericordia y salvando levemente el tipo en Deposuit potentes. Pero las intervenciones finales del Coro Barroco de Andalucía dejaron altas cotas de calidad con su Suscepit Israel y el Gloria que dio término a la velada y al festival con un reluciente bis.

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