Haz y envés del sueño americano en el Museo Carmen Thyssen

Arte en Málaga

La pinacoteca acoge hasta el próximo 13 de octubre la exposición fotográfica ‘American People’, una inmersión en la iconografía estadounidense más cautivadora del siglo XX

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'American People', en el Museo Carmen Thyssen Málaga.
'American People', en el Museo Carmen Thyssen Málaga. / Daniel Pérez / Efe

Ya desde su designación a principios del siglo XX como destino de emigrantes procedentes de todos los lugares del mundo, Estados Unidos ha hecho prender el sueño americano como tierra de las oportunidades en cualquier imaginador que se precie. Aunque hoy el sueño esté de capa caída, sumido en un reverso tenebroso, el territorio ha ejercido siempre su función de faro de progreso, de territorio en el que todas las ambiciones, más transformadoras o más humildes, encuentran su acomodo. El cine de Hollywood contribuyó a divulgar y asentar esta proyección con especial eficacia, si bien el arte de la fotografía documental, que encontró precisamente en Estados Unidos reconocimiento y consolidación con efectos pioneros, acertó a mostrar los resquicios, claroscuros y contradicciones del sueño. Ahora, el Museo Carmen Thyssen Málaga da buena muestra de todo ello con la exposición American people. Fotografía documental americana (1930-1980), que reúne hasta el 13 de octubre ochenta imágenes de once autores norteamericanos pertenecientes a la Colección José Luis Soler Vila. Y, sí, se trata de una de las exposiciones imperdibles del verano malagueño por muchas razones.

La muestra reúne en su segunda sección treinta de las fotografías que Tod Papageorge tomó en el neoyorquino Studio 54 a finales de los 70

La exposición reúne así instantáneas de Harry Callahan, Imogen Cunningham, Walker Evans, Louis Faurer, Robert Frank, Lee Friedlander, Anthony Hernández, Helen Levitt, Susan Meiselas, Tod Papageorge y Garry Winogrand, maestros indiscutibles de la imagen fija en el siglo XX, distribuidas en dos secciones bien definidas. La Sala Noble del Museo Carmen Thyssen acoge la más amplia de las dos, una selección de medio centenar de fotografías que muestran la vida cotidiana de grandes capitales como Nueva York y Los Ángeles, el pulso de sus calles, el mestizaje de sus paisajes humanos, la idiosincrasia de sus ritos urbanos, con estampas a menudo extrañas en las que parecen confundirse un ruido frenético y una quietud pasmada, cautiva en las miradas de los personajes fotografiados. Desde Walker Evans (1903-1975), que sentó las bases del documentalismo en los años treinta, la exposición recorre las décadas de los cuarenta y cincuenta a través de Helen Levitt (1913-2009), Louis Faurer (1916-2001), Robert Frank (1924-2019), Harry Callahan (1912-1999) y Garry Winogrand (1928-1984). Por su parte, el giro de los años sesenta hacia un documentalismo más subjetivo lo protagoniza Lee Friedlander (1934), junto a Imogen Cunningham (1883-1976) y Tod Papageorge (1940). El panorama cronológico lo finalizan, en los setenta, Susan Meiselas (1948) y, en los años ochenta Anthony Hernández (1947). Una imagen, eso sí, destaca en este conjunto como excepción a la representación cotidiana: la de una Marilyn Monroe que, en su plenitud artística y popular, emulaba la famosa escena sobre la rejilla del metro de La tentación vive arriba ante el objetivo pasmado de Garry Winogrand.

Algunas de las instantáneas exhibidas en la Sala Noble del museo.
Algunas de las instantáneas exhibidas en la Sala Noble del museo. / Daniel Pérez / Efe

La segunda sección, por su parte, se presenta al público en el espacio ArteSonado del museo y reúne una selección de treinta fotografías que, bajo el lema Beautiful People, fueron tomadas por Tod Papageorge en la legendaria discoteca neoyorquina Studio 54 a finales de los setenta. El fotógrafo consiguió una exclusiva autorización para inmortalizar a los parroquianos del night club en cualquiera de sus dependencias y en cualquier circunstancia: desfilan así un elevado número de cineastas, artistas, políticos, profesionales de la notoriedad mediática y desconocidos de medio pelo en busca de una oportunidad a lo largo de todos los episodios de la catarsis festiva, desde los prolegómenos hasta el afterhours más decadente y ebrio con poca ropa encima y menos equilibrio en el sentido, pasando por bailes, despiporres varios y escarceos de cierto voltaje sexual. Contenidas así en el ecosistema concreto de Studio 54, las fotografías de Beautiful People ejercen un poderoso contraste con las instantáneas de la primera sección, tomadas en su mayor parte a cielo abierto y con el anonimato como norma común. El sueño, sin embargo, era el mismo, exhibido en sus luces y en sus sombras.

Susana Lloret, responsable de la Colección José Luis Soler Vila, destacaba que dentro de la misma “los autores estadounidenses conforman un conjunto de especial importancia y protagonismo. Así que el tema que ha escogido el Museo Carmen Thyssen Málaga en esta ocasión representa muy bien la personalidad de la colección que José Luis y yo hemos reunido con tanto esmero y pasión. Es además un género capital de la fotografía del siglo XX: la observación de la realidad cotidiana y callejera en toda su variedad y riqueza humanas. Cada una de estas fotografías son como ventanas a las que nos asomamos para ver lo que sucedió en otro tiempo y otro espacio. Y como la vida misma, nos sorprenden, nos conmueven o nos hacen reír”. El sueño parece ahora menos lejano, más propio: basta con responder con la misma mirada.

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