La Málaga fenicia al descubierto: el Cerro del Villar revela cómo era la vida hace casi 3.000 años
El yacimiento cuenta con una extensión de alrededor de ocho hectáreas
El equipo investigador ve la posibilidad de desarrollar un parque arqueológico que se convierta en un referente a nivel mundial
'Sorpresa' en el yacimiento fenicio de Cerro del Villar de Málaga: desentierran restos romanos
No hace falta imaginar cómo era la Málaga de hace más de 2.000 años. El Cerro del Villar, en la desembocadura del río Guadalhorce, es uno de los yacimientos arqueológicos más significativos de la Península. José Suárez, director del equipo investigador y arqueólogo, explica a este periódico que es un asentamiento de época fenicia y se trata de uno de los más antiguos y mejor preservados del país. Indica que este sitio urbano, con más de ocho hectáreas de extensión, destaca por la falta de superposiciones de otras épocas, lo que ha permitido a los arqueólogos excavar directamente en los niveles originales fenicios. "Es muy poco habitual encontrar un yacimiento así de bien conservado", comenta el arqueólogo, remarcando que esto brinda una oportunidad única para estudiar cómo se organizaba y vivía una colonia fenicia en el extremo occidental del Mediterráneo.
Aunque el sitio se conocía desde los años 60, no fue hasta finales de los 80 cuando la arqueóloga María Eugenia Aubet, de la Universidad Autónoma de Barcelona, comenzó a excavar de manera sistemática. Continuó hasta 2003, pero la falta de recursos y proyectos adecuados llevó a una nueva pausa en los trabajos que se prolongó casi dos décadas. La Universidad de Málaga ha retomado las investigaciones y por tercer año consecutivo trabaja en una colonia fenicia que data del siglo VIII antes de Cristo.
La ausencia de ocupaciones posteriores significativas ha permitido a los investigadores explorar con gran precisión la organización del asentamiento. Los arqueólogos excavan apenas 30 o 40 centímetros para encontrar los niveles originales, lo que les permite analizar las estructuras fenicias casi intactas. Este acceso directo a los restos antiguos facilita el estudio de la disposición de las viviendas, la distribución de los espacios urbanos y las actividades productivas, algo que no es posible en la mayoría de los yacimientos similares.
El tamaño y la complejidad del Cerro del Villar representan un desafío considerable. Con más de 80.000 metros cuadrados, las excavaciones avanzan lentamente: "Nosotros excavamos alrededor de 300 metros cuadrados cada año, lo que significa que para cubrir mil metros necesitaríamos casi tres años", explica el director de las excavaciones. Pero este ritmo permite a los arqueólogos estudiar cada sector en detalle, revelando aspectos cruciales de la vida cotidiana en el asentamiento fenicio.
El objetivo del equipo es comprender cómo funcionaba el sitio durante su periodo de mayor esplendor, principalmente en el siglo VII a.C., aunque también se están documentando evidencias de ocupaciones posteriores, como la púnica tardía y la romano-republicana. Un descubrimiento notable es la presencia de una "factoría de salazones" en uno de los extremos del asentamiento, revelada a través de técnicas de prospección geomagnética, que indica la actividad económica diversificada de los habitantes de la colonia.
Además de las estructuras, los arqueólogos han encontrado objetos que ofrecen una mirada íntima a la vida de los fenicios, como pendientes de bronce, broches y herramientas de hierro. Suárez destaca que estos objetos no solo son valiosos por su antigüedad, sino porque permiten aproximarse a la vestimenta y las costumbres de quienes habitaron el yacimiento miles de años atrás. También anzuelos de bronce y pesas de plomo para redes de pesca. Estos hallazgos proporcionan "información esencial" para reconstruir la vida cotidiana en el yacimiento y comprender mejor cómo vivían y trabajaban sus habitantes hace casi 3.000 años.
Estados Unidos y Alemania, interesados en el yacimiento
La relevancia del Cerro del Villar ha atraído la atención de investigadores internacionales. Universidades como la de Chicago en Estados Unidos y la de Marburgo en Alemania participan activamente en el proyecto, conscientes del valor histórico y científico del yacimiento. Además, el sitio sirve como un campo de formación para los estudiantes de la Universidad de Málaga. Los jóvenes tienen la oportunidad de aprender directamente en un yacimiento "único y de gran importancia arqueológica a solo minutos de su casa".
El trabajo en el yacimiento comienza temprano, al amanecer, sobre las ocho de la mañana, y continúa hasta las tres de la tarde, con un proceso meticuloso de excavación, documentación y análisis. Los hallazgos se catalogan, fotografían y se trasladan a la Universidad para su estudio detallado, antes de depositarse finalmente en el Museo de Málaga, ubicado en el Palacio de la Aduana. Para los estudiantes y voluntarios, participar en este proceso es "una oportunidad inigualable para vivir de primera mano el trabajo arqueológico y considerar una carrera en esta disciplina", según Suárez.
El "excepcional estado de conservación" del Cerro del Villar y su relevancia histórica no solo presentan un enorme valor científico, sino también un "potencial patrimonial significativo para Málaga". Suárez y su equipo ven en este yacimiento la posibilidad de desarrollar un parque arqueológico que se convierta en un "referente a nivel mundial". Un lugar donde los visitantes puedan experimentar la historia de la antigua Málaga de una manera "tangible y educativa".
El sitio no solo podría atraer turismo cultural, sino que también serviría para "reforzar la identidad histórica de la ciudad", vinculándola con sus raíces fenicias. Los investigadores esperan que las instituciones locales y regionales reconozcan esta oportunidad y apuesten por la conservación y promoción del yacimiento. "Sería el gran yacimiento arqueológico de Málaga", afirma el director de excavaciones. Él aboga porque se tomen medidas para proteger y divulgar este patrimonio.
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