La Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) abre este jueves 16 y el viernes 17 en el Teatro Cervantes una temporada de abono, la trigésimo segunda, con la recuperación de la normalidad, al menos a cierto nivel, como objetivo esencial. Será, eso sí, una normalidad aún un tanto extraña: de momento habrá que seguir haciendo frente a la reducción de aforos en atención a la normativa sanitaria por el coronavirus, con lo que este año, como sucedió el pasado, no se han puesto abonos a disposición de los aficionados. La agrupación confía en que no sean necesarios ajustes añadidos, cancelaciones ni aplazamientos y en que el curso se desarrolle según los parámetros más parecidos al paisaje anterior a la pandemia, aunque la cautela sigue siendo una cuestión esencial en la toma de decisiones. Así, tal y como señala la normativa vigente, los músicos tendrán que seguir actuando con mascarillas y con la distancia de seguridad estipulada, lo que se traduce en algunas medidas inmediatas: así, la interpretación de la Quinta Sinfonía de Mahler en este primer programa de abono exigirá la eliminación de las cuatro primeras filas del patio de butacas para su aprovechamiento a cargo de la orquesta.

Sí se espera, de cualquier forma, que la presente temporada entrañe la definitiva consolidación del sello del director titular de la OFM, José María Moreno, con la puesta en marcha de diversos proyectos entre los que destaca la programación en la misma temporada de abono de obras de compositores contemporáneos en clave de proximidad: así, este primer programa incluye, además de la Quinta de Mahler que registró la OFM el año pasado en una grabación conmemorativa de su trigésimo aniversario, el estreno aboluto de la obra Il Duero, del compositor fuengiroleño (profesor en el Conservatorio Superior de Zamora) Alejandro Cano Palomo. En virtud del acuerdo con la Asociación de Compositores e Intérpretes Malagueños (ACIM), a lo largo de la presente temporada la Filarmónica brindará otros dos estrenos absolutos de partituras de la compositora malagueña Diana Pérez y la almeriense Pilar Miralles. Junta a la pieza de Cano y la Quinta de Mahler, el programa quedará completado con el Concierto nº 1 para violonchelo y orquesta en La menor, Op.33 de Camille Saint- Saëns, que contará con la participación el violonchelista Gabriel Ureña como solista.

Más allá del primer concierto, la temporada de abono contará con grandes referentes del patrimonio sinfónico como Haydn, Beethoven, Tchaikovsky, Dvorak, Bruckner, Schubert, Sibelius o Brahms, además de emblemas de la música española como Falla y Turina así como compositores vivos de la talla de Gabriel Bussi, Lowell Liebermann y el estadounidense Daniel Forrest, cuyo estremecedor Requiem for the living sonará en el Concierto de Navidad el 16 y 17 de diciembre. Además de José María Moreno, actuarán como directores invitados Darrel Ang, Pablo González, Manuel Coves, Josep Caballé, Ramón Tebar, Salvador Vázquez y Joana Carneiro. Entre los solistas convocados destacan las violinistas Clara-Jumi Kang y Esther Yoo, los pianistas Víctor del Valle y Antonio Ortiz, la violista Isabel Villanueva, el violonchelista Asier Polo (además del citado Gabriel Ureña), el trombonista Ximo Vicedo, el arpista José Antonio Domené y el flautista Jorge Francés, mientras que la aportación vocal contará con cuatro coros: la Coral Cármina Nova, el Coro de Ópera de Málaga, el Coro del Teatro Villamarta y, por primera vez, el Coro del Conservartorio Superior de Música de Málaga. Mientras quede la música la normalidad será, tal vez, más notoria.