Palabras como labios

La revista Litoral celebrará su centenario en 2026 y, a modo de anticipo, ha decidido llevar a sus lectores un festín de besos: el nuevo número (el 280) de la histórica publicación que dirige Lorenzo Saval, ya en librerías, está dedicado al beso como elemento inspirador para las artes y la literatura desde la Antigüedad, con una nueva selección de textos en verso y prosa y de imágenes que hace del ejemplar, como siempre, un carnaval para los sentidos y un verdadero objeto de deseo. El novelista malagueño Antonio Soler abre el estelar apartado de colaboraciones, que incluye igualmente a Juanma Ruiz (con un análisis pormenorizado de diez besos cinematográficos), José Javier León y Ricardo Virtanen (quienes hacen lo propio con el beso como argumento recurrente en distintos géneros musicales). Además, otras seis firmas (Josep M. Rodríguez, Natalia Velasco, Álvaro Valverde, Cristina Angélica, Ángelo Néstore y Rosa Berbel) ponen palabras a otros tantos besos históricos inmortalizados en las lentes de Robert Doisneau, Alfred Eisenstaedt, Anne Leibovitz, Régis Bossu, Oliverio Toscani y Richard Lam: el beso se hace aquí emblema de la misma historia, signo del acontecimiento decisivo, testimonio de una intimidad proyectada en un mundo convulso.

Recuerda Lorenzo Saval en su editorial que los escritos más antiguos donde el beso hace su aparición “son mesopotámicos, de hace 5.000 años, y se encontraron en unas tablillas de arcilla. También se da como primera evidencia documentada un texto escrito en la India, 3.500 años antes de nuestra era. Con el tiempo, esta forma de expresión, controvertida, censurada y perseguida en algunas épocas y culturas, va creciendo y se va sublimando en el deseo hasta alcanzar en el romanticismo su gran esplendor”. Besos, eso sí, hay de muchas clases y con significados muy distintos, pero precisamente Litoral ha puesto todo su empeño en brindar a su nuevo número un carácter enciclopédico al respecto: “Existen muchos tipos de besos, desde esos besos sencillos como los besos de amistad, de saludo o familiares, donde utilizamos tan solo dos músculos y quemamos muy pocas calorías; y en el otro extremo ese chispazo que se produce en esos incontrolables y desordenados labios donde el roce y la pasión alcanzan sus mayores logros”. Así, el índice de la publicación nos habla de besos literarios, nocturnos, mitológicos, de jardín, de buenos días, de buenas noches, los primeros y los últimos, ardientes, dibujados, maternales, de película, de Narciso, en la orilla, en la barra, con humor, callejeros, vampíricos, amargos, mortales y hasta de piedra. Extraordinario o corriente, el beso expresa como pocos gestos el amplio abanico de emociones que atañe a la condición humana. Y ya desde los petroglifos de la Edad de Bronce en los que aparecían figuras besándose, nuestra especie ha compartido la fabulosa querencia a hacerlos resistentes frente al tiempo.

A partir de aquí, la selección literaria incluye textos de Juan Ramón Jiménez, Octavio Paz, María Victoria Atencia, Joan Baez, Luis Eduardo Aute, Aurora Luque, Luis Alberto de Cuenca, Gabriel Ferrater, Vicente Aleixandre, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Catulo, Rafael Guillén, Ángeles Mora, Fabio Morábito, Jorge Luis Borges, Gustavo Adolfo Bécquer, Vicente Huidobro, Franz Kafka, Piedad Bonnett, Leopoldo Panero, Gonzalo Rojas, Rosalía de Castro, José Agustín Goytisolo, Jaime Gil de Biedma, Rafael Pérez Estrada, Roberto Juarroz, Raymond Carver, Luis García Montero, Constantino Cavafis, Rafael Alberti, Gioconda Belli, Luis Buñuel, Edgar Neville, Julio Cortázar, Rafael de León, W. B. Yeats, César Vallejo, Nicanor Parra, Sylvia Plath y Alejandra Pizarnik, entre muchísimos otros. El apartado artístico, además de los fotógrafos antes citados, incluye obras de, entre otros, Edvard Munch, Federico García Lorca, María José Vargas Machuca, Victor Tkachenko, Lorenzo Mattotti y, claro, el propio Lorenzo Saval con la ilustración de cubierta. Si cada lectura de Litoral entraña un viaje de sensaciones, a flor de piel, una entrega dedicada al beso debía resultar aún más excitante. El lector comprobará a gusto, sin duda, en sus páginas.  

“Necesito sentirme a solas de algún modo / para poner mi nombre en los labios del agua”, escribió María Victoria Atencia. Seguramente, lo más importante que podemos decir respecto a los besos tiene que ver con los que están por llegar. Como la poesía.